El nivel de inoperancia y de desconcierto que reina en San Bartolomé se aprecia se mire al Ayuntamiento por donde se mire. Incapaz ni de limpiar y bachear las calles, de que las hamacas no sean una birria hedionda, boicotea las ayudas del exterior, tipo Consorcio de Rehabilitación Turística y no saca adelante el nuevo Plan General ni a palos. El último vergonzoso espectáculo llegó este mismo viernes a los medios de comunicación en forma de comunicado del Festival de Jazz y Más, que anunciaba el cambio de ubicación urgente de un concierto previsto para el domingo en Maspalomas. Ante “la penosa situación económica” del Ayuntamiento, los organizadores han tenido que trasladar a Santa Brígida los recitales de Sharrie Williams & The Wiseguys y Yul Ballesteros Quartet. Para resarcir a los aficionados al jazz, la organización ha dispuesto atractivos como pantallas gigantes para ver la final del Mundial antes del concierto y diez minutos de cerveza gratis al comienzo del Holanda-España. La alcaldesa, mientras tanto, pensando en regresar a Japón a ver cómo se trae un festival de gimnasia.