Pero la semana que terminaba este domingo no se saldó solamente con ese editorial tan rupturista con ATI-CC. También se llevaron lo suyo el viernes el consejero de Presidencia, José Miguel Ruano, y su tocayo González, ex portavoz parlamentario de los nacionalistas, conocido cariñosamente con el apelativo de Pelopincho. En su artículo editorial de diario, El Día acusó a Rauno de querer “la guanchancha para que sus agentes se le cuadren firmes cuando él, hocico en alto, baje del coche oficial”. Como lo leen. “Es un político nefasto”, se añadía, “al igual que José Miguel González. Los dos propiciaron las expropiaciones ilegales para ampliar el Parlamento. Con tal de que sus ”señorías“ estuviesen más cómodas -además de cobrar mejores sueldos-, no les importó amargarle los últimos días de su vida a una señora respetable; a una tinerfeña de bien, a la que posiblemente le adelantaron el fallecimiento con los disgustos que le ocasionaron. Aunque no sólo eso. Tanto Ruano como González son inútiles políticos, que van dando tumbos de un lado a otro aunque cobrando sueldos actualizados en tiempos de crisis. ¿Han pensado alguna vez en pagar con su patrimonio el daño que causaron con las expropiaciones? ¿Ha pensado alguien en exigírselos?” Y luego nos reprochan las cosas que le decimos a Belda.