Debería aprender Soria muchas cosas, de eso no hay duda. Empezando por una que se llama humildad y terminando por otra que se llama prudencia y templanza, bondades inseparables del buen gobernante. También debería darse un garbeo por esos clubes de tercera, a donde quiere mandar a la UD, y escuchar las arengas de los entrenadores a sus futbolistas. Les grita, les increpa con rabia, pero cuando se les pregunta por ellos aseguran que forman “el mejor equipo del mundo”. Y si se les preguntara a esos entrenadores por Ronaldo, seguramente dirían que es un magnífico jugador, el mejor del panorama internacional, pero que no le toquen a sus futbolistas, que se parten el pecho para ser alineados cada fin de semana.