Nadie acierta a entender por qué Paulino Rivero no se quedó a la romería-ofrenda del Pino, después de haberse pegado el pateo que se pegó hasta la villa de Teror. Las malas lenguas aseguran que tenía pactado con Soria el reparto del protagonismo: tú te vistes de típico el domingo y yo me pongo el chaqué el lunes, que es cuando realmente voy de representante del Rey (lo flipas). Así que en la romería, un extrovertido José Manuel Soria se hizo acompañar de su inseparable Mercedes Roldós, consejera de Sanidad, luciendo máxima representación gubernamental. Para ellos ejercía de eficacísima jefa de prensa Teresa Cruz, que en realidad es jefa de Informativos de Canarias Radio, la emisora pública de la autonomía. Los llevaba y los traía hacia los micrófonos de TVE o de la Cope, los sentaba, los levantaba, los protegía. Hasta hizo lo suyo para que el vicepresidente tratara de colarse, cual aparición, tras la carreta del Cabildo. Total, si ya fue interventora del PP y no le pasó nada, ¿qué más da hacer de jefa de prensa de los suyos nuevamente?