La decisión puede parecer salomónica, pero viene envenenada. Nos referimos a la que tomó este martes el Gobierno de Canarias de ordenar a la Televisión Canaria que desista de adjudicar dos de los lotes del concurso que se venía arrastrando desde hace años, en concreto la contratación de los programas y la explotación publicitaria de la cadena. Por si no lo recuerdan, actualmente está prorrogado hasta el límite de la extenuación legal el contrato de suministro de informativos y de explotación publicitaria a Socater y a GDM, ambas vinculadas al Grupo Prisa, y antes del día 21 había que fallar un nuevo concurso en el que, además, se incluía la contratación de programas de entretenimiento, la perita en dulce de la convocatoria. Y es esa perita la que el Gobierno ha decidido quedarse en las manos, de modo que pueda trajinar entre las productoras y entre los medios de comunicación propietarios de las productoras, según se pongan o no en sintonía con el régimen.