No gana para feos el presidente de la Confederación Canaria de Empresarios, Antonio Rivero, al que nos lo ningunean por aquí y por allá sin que el hombre, sin embargo, aparente afectación alguna. La última se la hizo este jueves la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, que celebraba su centenario con grandes fastos. Rivero ya venía sospechando en Bruselas, a donde acudió en compañía de Benicio Alonso y José Sánchez Rodríguez (JSP), que algo raro pasaba. Sin embargo, como el que no se consuela es porque no quiere, este viernes andaba el hombre contento por haberse ahorrado el tostón de las cinco horas que duró el sarao cameral porque se empeñaron en darle una placa hasta al del catering, poner un vídeo y darle al filete cantidad, y aquello fue la releche. Pero el feo está ahí, porque bien que hizo Rivero en invitar a la Cámara tinerfeña a los fastos del 25 aniversario de la CCE.