El patinazo de Carmelo Ramírez, y con él, de su jefe de filas, Román Rodríguez, atribuyendo al Consorcio de Rehabilitación Turística una opacidad y unas sospechas inexistentes e infundadas, ha sido convenientemente aprovechado por la oposición en el Cabildo, el PP, que en realidad sólo es oposición para el PSOE, que ya se revuelcan los de Nueva Canarias con Larry Álvarez y Pepa Luzardo lo suyo de ellos (ya nos enteraremos del alcance del revolcón) en La Caja de Canarias. Y es en esa entidad donde vuelven a anudarse intrigas y venganzas que, probablemente, condujeron a ese talibán de Carmelo Ramírez a lanzarse a las tremendas contra un concurso que resiste todas las pruebas administrativas, legales y éticas que él jamás superaría si se le revisara su etapa como vicepresidente del Cabildo, en otro pacto, por cierto, de aquellos llamados de “con el PP ni de coña”. El PP, miren por dónde, ha aprovechado esa inteligencia natural de Ramírez para iniciar su operación salida del Consorcio de Rehabilitación. Muy bien, Carmelillo, siempre barriendo para la derecha.