Patricio Viñayo y unos cuantos testigos de la agresión sufrida por el periodista este domingo, ya han prestado declaración ante la Policía para que el salvaje agresor sea puesto en manos de la autoridad judicial. La agresión no ha tenido especiales consecuencias físicas para el periodista, pero supone un paso más en una preocupante escalada de recortes a la libertad de expresión que se viene sufriendo de un tiempo a esta parte. Sumen a las agresiones sufridas las últimas semanas, los graves insultos a periodistas en Telde y las prácticas cada vez más antidemocráticas de los comisarios políticos del PP, con Larry Álvarez a la cabeza, y obtendrán ustedes un peligrosísimo cóctel con el que se pretende envenenar el ambiente de libertad en el que se han de mover los profesionales del periodismo para garantizar a los ciudadanos una información de calidad. Las presiones, las amenazas, las coacciones y las agresiones se están generalizando demasiado como para pensar que son hechos aislados y sin importancia.