Pero Cambreleng dice muchas más cosas, y todas ellas interesantes, en La Provincia, como que Soria “había traído de la Península a un periodista de Intereconomía y que lo había traído sólo para verse conmigo”. En aplicación de la presunción de diligencia de buen gestor de lo público que hay que otorgarle a Soria, debemos entender que el viaje y la estancia de ese periodista de Intereconomía (Ignacio Bosque) corrió por cuenta de ese grupo mediático. A no ser que el vicepresidente, emulando a su correligionario Paco Cascos, considere que, además del fútbol, también es interés general lavar su propia imagen con zotal y estropajo de verguillas. Porque así lo explica Cambreleng: “El [periodista de Intereconomía] pretendía que yo empezara a decir barbaridades, pero yo me negué en redondo. Finalmente me reconoce que se trata de preparar un artículo en defensa de José Manuel Soria para sostener su teoría de la conspiración y evitar su reprobación en el Parlamento de Canarias”.