“Tenemos que tener en cuenta que el turista somos personas (sic), y como personas no nos pueden tratar como máquinas, sino todo lo contrario, ir adaptándose a lo que está demandando en el día a día. Ésa es una parte que se tiene que contemplar en la rehabilitación de la planta alojativa”. Esta sesuda reflexión de nuestra consejera de Turismo se produjo después de explicar el caso de un complejo turístico de Fuerteventura que le vino “en la mente” como ejemplo de lo que se debe hacer para ser competitivos. Y tal.