El flamante nuevo asesor de la Concejalía de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Telde, tiene un problemilla con este periódico. Este viernes compareció ante los tribunales de esa ciudad para una demanda de conciliación previa a la querella criminal que hemos decidido interponerle por ser un comunicador irresponsable. Que haya permitido que el PP le pusiera al frente de un panfleto digital con el que se insulta a quienes discrepan ya es para dar pena, pero que encima se reconozca director y defienda que los insultos a particulares se producen en aras de la libertad de expresión y “la crítica política” ya clama al cielo. Le dijeron que lo dijera así y él lo dijo, pobre, sin percatarse de que los insultados no son políticos y que los que le mandan lo van a dejar tirado. La cosa se agrava porque, a su cargo público suma el de ser el secretario de Comunicación del PP de Telde, que ya se sabe para los trotes que está. Desconocemos si compatibilizará ese puesto de asesor con el de comunicador oficial del régimen (emisora de radio incluida) y si la Ley de Grandes Ciudades (Telde lo es, pese a quienes la dirigen) lo permite.