Decía el Banco de España el 14 de septiembre de 1999 que durante la gestión de Juan Francisco García al frente de La Caja de Canarias, y más concretamente en los años 1998 y 1999, se formalizaron operaciones “sin la elaboración de estudios rigurosos previos de rentabilidad y fijación de precios y con importantes deficiencias en los procedimientos internos establecidos, que han supuesto un significativo quebranto patrimonial” para la entidad. Es decir, una gestión desarrollada como diligente padre de familia que terminó con el fulminante despido de tan brillante gestor y la interposición de una querella criminal por cinco delitos que resultó sobreseida después de que la entidad y las acusaciones se retiraran previo pago de una parte del quebranto producido. A ver, Paquito, querido, tócala de nuevo, a ver cómo suena. (Del piano ya hablaremos).