Había euforia este miércoles en el Gobierno de Canarias con la decisión del fiscal jefe del TSJC de no investigar a Adán Martín. No sabían cómo disimularlo y, como además era imposible, se lanzaron unos cuantos portavoces a decir inconveniencias. Por ejemplo, Miguel Becerra ha puesto por escrito el interés del Gobierno por que se levante el secreto del sumario y se conozcan las conversaciones entre el presidente Martín y el empresario Santiago Santana Cazorla. Vaya por delante que nos ofrecemos desinteresadamente a emitirlas íntegramente en versión radio y en versión Internet, pero sin que sirva de precedente nos atrevemos a preguntar al Gobierno si está realmente seguro de hacer eso. Que ya se sabe que un teléfono puede llegar a ser un cachivache muy mal amañado. Pero allá cada cual con sus palabros.