Si dimitió Bermejo -“ya era hora”, en feliz exclamación de Rajoy- quizás sea por fin el momento de que el presidente nacional del PP reclame a alguno de sus más estrechos colaboradores la relación de personalidades del partido que pudieran estar envueltas en situaciones similares a la de la cacería del ex ministro. Así, a bote pronto, se nos ocurre el nombre de José Manuel Soria, sin que sepamos exactamente a qué extraño mecanismo mental se debe. Soria, como él mismo ha reconocido públicamente y ante la juez que lo investiga en el caso salmón, se dejó invitar por el fallecido empresario Björn Lyng, al que desde el Cabildo de Gran Canaria le tramitaba las conocidas camas de la urbanización Anfi Tauro. Si en el caso de Bermejo y Garzón es difícilmente demostrable la relación de esa montería con la operación Gürtel, que tiene origen en una denuncia de cargos del PP, es evidente que el viaje del salmón guarda vinculaciones directas con la intención de Soria y de su partido de beneficiar a Anfi del Mar. Lo acaba de demostrar de nuevo el PP, que junto a CC, ha colado una disposición legal para que las camas de time sharing (tiempo compartido) ¡no se consideren turísticas! y ¡queden fuera de la moratoria! Federico Trillo lo expresó de un modo sensacional cuando exclamó aquello de ¡manda huevos!