No será Chano Franquis, el ungido como nuevo hombre fuerte de la segunda etapa saavedrista en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, la solución última. La profunda crisis de credibilidad y de liderazgo que sufre el PSOE en la capital no se va a solucionar con la incorporación del secretario general de ese partido a un equipo de gobierno que mayoritariamente ni cree en él ni lo considera a algo que se asemeje a un líder. Franquis ha empezado por pedir ayuda por señas a diestro y siniestro, y como ha venido siendo norma habitual en él, se ha equivocado en el 90% de las peticiones. Su marrón principal ha sido, de momento, tener que ejecutar la orden de destitución del que hasta ahora era jefe del gabinete de la Alcaldía, Miguel Ángel Sáiz Peláez, que llegó a las oficinas municipales como una pieza clave en el engranaje del grupo de gobierno y ha terminado siendo un serio problema para el alcalde. Sáiz entró por la puerta grande y le han pedido que salga por la pequeña.