Se quejan los ciudadanos y ciudadanas, los comerciantes y repartidores de Las Palmas del fervor sancionador del Ayuntamiento de la ciudad para con los coches mal aparcados. Ya se sabe que en esto del mal aparcamiento hay matices, o por lo menos los había hasta hace muy poco. Ahora no: o estás mal aparcado y pagas o estás bien aparcado y pagas también: centro reformista, que se llama. Pero no es sólo Las Palmas la ciudad multera por excelencia. En Santa Cruz de Tenerife se venía manteniendo esa norma tan nuestra de abrir la mano llegadas fechas como las actuales, particularmente en el centro de la ciudad, por aquello de facilitar las compras y poder acoger a los miles de automóviles que estos días llegan desde todos los puntos de la Isla. Pero se acabó lo que se daba: este año Miguel Zerolo ha lanzado a los policías locales a empapelar la ciudad con un celo sancionador inédito hasta el momento, lo que ha calentado los ánimos del pequeño comercio y del personal en general. Un personal que, sin embargo, se queja de que por los alrededores del nuevo El Corte Inglés y el área de expansión de la urbe, todo el mundo aparca donde le da la gana y no se ve un guindilla por allí, ni una multa en un parabrisas, ni de modernidades de ese tipo. Paradojas que tiene la vida.