La verdad es que tiene fuerza la línea de precampaña escogida por Miguel Zerolo, candidato a repetir como alcalde de Santa Cruz de Tenerife y a diputado al Parlamento regional. La capital tinerfeña está empapelada de vallas que dicen eso, sencillamente, “Zerolo”. Tiene sonoridad, tiene contenido, tiene significado y tiene un estilo directo que ya quisieran para sí muchos estrategas de campaña. Pero puestos a encontrarle algún fallo, porque ya se sabe que nada es perfecto en esta vida, se presta a algo de confusión; lejana confusión, es cierto, pero confusión al fin y al cabo. Los analistas con mala uva le han encontrado una fisura que, según dicen, beneficiaría indirectamente a los socialistas sencillamente porque el mismo apellido del alcalde es el del presidente de los colectivos de gays y lesbianas españoles, Pedro Zerolo, natural de La Laguna, hijo de un ex alcalde socialista, y candidato socialista al Ayuntamiento de Madrid dentro de la lista de Trinidad Jiménez. Rebuscado es, sin duda, pero tiene su coña.