Salvar el planeta desde los hogares: “Ser sostenible no es cosa de ricos”

Concentración contra el cambio climático en Las Palmas de Gran Canaria. (GREENPEACE CANARIAS)

Natalia G. Vargas

Las Palmas de Gran Canaria —

Las políticas medioambientales son determinantes para preparar los territorios ante los devastadores efectos de la crisis climática. Sin embargo, el problema de residuos con el que cuenta Canarias, donde apenas se recicla el 20% de los desechos producidos, evidencia que la lucha debe empezar detrás de la puerta de cada hogar. Con el propósito de extender rutinas sostenibles entre las familias y reconstruir un planeta habitable para las generaciones futuras nace la asociación Madres por el Clima. A pesar de su nombre, es una organización “abierta e inclusiva de personas preocupadas por el entorno que dejaremos a nuestros hijos e hijas”, señala Sara Nanpeh, activista e integrante de la asociación en Canarias.

Madres por el Clima nació en Madrid y con el tiempo se ha expandido a Barcelona, Vigo, Badajoz o Canarias. Dos mujeres preocupadas por cómo la contaminación estaba afectando a la salud de sus hijos fundaron este grupo nacional que se mueve en tres focos. El primero de ellos, las administraciones públicas, exigiéndoles medidas acordes a la emergencia climática que atraviesa el mundo. El segundo, los centros educativos. “A través de pequeñas acciones, intentamos colaborar con los colegios e institutos para educar a los más pequeños en hábitos respetuosos con el medio ambiente”, explica Nanpeh.

Tomar desayunos sostenibles al menos tres días a la semana e impartir charlas a los padres y madres sobre la reducción de residuos son algunas de las prácticas que esta asociación ha emprendido. “En la media hora que dura el recreo se genera una cantidad de basura impresionante. Intentamos buscar métodos para disminuir los desechos y llegar al cero waste”, señala la activista. Asimismo, los viernes se alían con el movimiento estudiantil Friday's For Future, y en distintos centros de las Islas organizan un acto simbólico vistiéndose con letras blancas donde puede verse en verde “En pie por el clima”. Durante la semana climática, previa al 27 de septiembre, más de cien centros de Canarias suscribieron las acciones promovidas por Madres por el Clima.

“Estamos a tiempo”

Los científicos advierten de que el planeta está a diez años de sufrir una destrucción irreversible, por ello Sara Nanpeh insiste en que “estamos a tiempo”. “Hay distintas maneras de actuar ante esta amenaza mundial: cerrar los ojos, desmoronarnos emocionalmente y quedarnos bloqueados por el miedo y la inacción, o la actitud positiva”, señala. “Nuestros hijos e hijas merecen que nuestra postura sea pensar qué podemos hacer para cambiar. Debemos hacer lo posible y lo imposible para conseguir cambios que deben nacer dentro de cada uno”, defiende.

La activista confía en que aún existen soluciones. “El ser humano y su instinto de supervivencia siempre ha logrado salir airoso de las debacles históricas que le ocurren”, afirma. Sin embargo, reivindica la importancia de que cada individuo, como parte de un grupo mayor, debe saber que todas las acciones tienen consecuencias medioambientales. “Del mismo modo, tenemos que ser conscientes del gran poder que tenemos”, señala. Sobre esta cuestión, Sara Nanpeh ha impartido la charla El individuo ante la emergencia climática, en el marco de las III Jornadas para la Transición Energética y el Clima en La Palma.

El consumo compulsivo y la compra desmesurada de artículos de usar y tirar son algunas de las prácticas propias de las comunidades ricas del mundo occidental que deben cambiar si se pretende llevar una rutina más sostenible. A pesar de ello, Nanpeh considera que el respeto medioambiental debe ser un valor transversal a todas las familias. “La situación económica de muchas familias en Canarias es muy complicada. Sin embargo, hay que quitarse de la cabeza la idea de que ser sostenible es cosa de ricos. Muchas veces sale más barato serlo”, plantea. “Es más rentable comprar una botella de agua rellenable que invertir cada día un euro en una botella de plástico. Cada uno debe cuidar el planeta en la medida que pueda, es una crisis de la humanidad”, concluye.

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