Cuentos de diferentes culturas dan una visión de la realidad de hoy
La Ciudad Inventada es una metáfora de la sociedad globalizada de hoy. Detrás de este espectáculo de títeres, que firma la compañía vasca Gorakadá, subyace un trasfondo de tolerancia y convivencia que tiene como hilo conductor una cuidada selección de cuentos tradicionales de las más diversas culturas del mundo. Estas distintas formas de entender la realidad que nos rodea forman esa ciudad inventada donde todo tiene cabida y nadie es rechazado por ser diferente. Esta mezcla de diversas historias, lejos de convertirse en un collage sin sentido, acaba por convertirse en un relato que se distingue por su fuerza y su contundencia argumental.
Los niños son, una vez más, los protagonistas del fin de semana en la Sala Insular de Teatro que con este montaje de cuidadísima escenografía da por finalizada la campaña de Navidad. El sábado 24 y el domingo 25 de enero (con doble función cada día), las marionetas cobrarán vida sobre el escenario de Primero de Mayo, invitando a grandes y pequeños a conocer la realidad de ciudades que cambian continuamente con la llegada de nuevos habitantes desde todos los rincones del mundo.
Las entradas para disfrutar de esta obra ya están a la venta en las taquillas del Teatro Cuyás, en la página web del centro (www.teatrocuyas.com), en el teléfono 902 405 504 y en las propias taquillas de la Sala Insular de Teatro desde hora y media antes de cada espectáculo.
Las ciudades están en constante movimiento, cada vez acogen a más personas venidas de diferentes lugares del planeta y con ellas, llegan otras culturas, otras formas de ver y entender la vida, otras literaturas, otros cuentos. La idea de crear una ciudad donde cohabitan diferentes cuentos tradicionales de lugares y procedencias diversas fue toda una fuente de inspiración para los componentes de Gorakadá.
“Nos imaginamos entonces, que esos cuentos, como ocurre con las personas, podrían relacionarse entre sí, podrían enriquecerse entre sí, ya que estaban abocados al mestizaje. Nos gustó imaginarnos a un personaje que protagoniza un cuento senegalés, relacionándose con una niña brasileña que no puede dormir porque su padre les ha abandonado. Podrían compartir sus dudas y sus miedos. O nos gustó creer ver a un malvado hechicero palestino, vencido por el pequeño Maui, personaje de un cuento tradicional de Nueva Zelanda. O el conejo argentino que pide ayuda a sus vecinos para recuperar su casa que ha sido ocupada por un extraño. El resultado nos sorprendió a nosotros mismos, pues de la mezcolanza de estos cuentos tradicionales surge una historia moderna, con una fuerza arrolladora”, señala el director Álex Díaz.
