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Un documental desvela el origen y evolución del cuchillo canario

Cuchillos canarios. / Fotograma del documental

Canarias Ahora

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El cuchillo canario, del taller a la galería es un documental realizado por la Fundación para el Estudio y Desarrollo de la Artesanía Canaria - Fedac, organismo autónomo dependiente del Cabildo de Gran Canaria, junto a la productora Las Hormigas Negras. El objetivo de este trabajo audiovisual es visibilizar la historia y el mundo en el que se ha desarrollado este objeto, símbolo identitario de la cultura insular, desde diferentes miradas: la del cuchillero, la del coleccionista, la del investigador y, por supuesto, la del cliente o usurario.

El cuchillo canario o cuchillo de cabo piezas es un instrumento de corte totalmente artesanal, una herramienta de trabajo muy apreciada en el pasado por sus portadores y que ha formado parte de la sociedad isleña desde hace más de 200 años. Este objeto ha dejado de ser una pieza más en la producción de una herrería y forma parte ya de colecciones particulares o, incluso, a ser exhibido en galerías de arte.

“Este documental se adentra en los orígenes, historia, evolución, artífices, simbología o tipología de esta herramienta que nos une con nuestro pasado y nos ayuda a seguir trabajando para conservar y transmitir los rasgos culturales que nos identifica como pueblo”, afirmó Macarena Murcia, técnico de la Fedac y responsable de este proyecto.

La presidenta de la Fedac, Minerva Alonso Santana, y la alcaldesa del Ayuntamiento de Telde, Carmen Rosa Hernández Jorge, participarán en un acto de presentación oficial de este documental el próximo 18 de mayo a las 18: 00 horas en la Casa Condal de Telde.

De hecho, este trabajo de investigación revela que el municipio de Telde y el de Santa María de Guía pueden ser las posibles cunas del cuchillo canario. Aunque el origen concreto de su elaboración es incierto, las primeras referencias datan del siglo XIX. Lo que sabemos con certeza es que arraigó profundamente en la población insular, ya que los campesinos de Gran Canaria lo consideraban, hasta hace muy pocas décadas, parte de su ajuar básico, una pieza imprescindible para el desarrollo de las diversas tareas cotidianas, portándolo con orgullo, sujeto en la cintura.

Estudio y divulgación de la cultura autóctona

El cuchillo canario, del taller a la galería forma parte de uno de los objetivos centrales de la Fedac: el estudio y divulgación de los elementos culturales autóctonos de Gran Canaria, con especial énfasis en el mantenimiento de los oficios artesanos. Apoyar la realización de trabajos de investigación es la forma más rigurosa de preservar los conocimientos de la sociedad tradicional.

Este documental se suma al resto de trabajos editados por esta Fundación, fruto de las investigaciones realizadas o apoyadas por la institución, en diferentes formatos (libros, cuadernos didácticos, dibujos animados, documentales cortos de oficios, historias de vida) a la que el ciudadano tiene acceso de forma gratuita y rápida a través de web de la Fedac.

En Gran Canaria se desarrolla desde hace más de 200 años una actividad artesana basada en elaborar un modelo de cuchillo, singularizado por contar con un mango o “cabo” (nombre que recibe esta parte del cuchillo en Canarias) formado por la unión de varias anillas o “piezas” de cuerno decoradas con la incrustación de finas láminas de metal. Este cuchillo es conocido con varias denominaciones, “cuchillo canario”, “cuchillo de cabo piezas”, “cuchillo de labranza”, “cuchillo del país”, etc.

Algunos datos de interés sobre el cuchillo canario

El origen de esta actividad, o concretamente de la elaboración de este modelo de cuchillo, es incierto. Son varias las hipótesis que se barajan. Las primeras referencias aparecen en las primeras décadas del siglo XIX. Lo que sí es cierto es que este modelo de cuchillo arraigó profundamente en la población insular, dando lugar a que la mayor parte de los campesinos de Gran Canaria lo considerara hasta hace muy pocas décadas como parte de su ajuar básico, como una pieza imprescindible para el desarrollo de las diversas tareas cotidianas, portándolo con orgullo, sujeto en la cintura.

A pesar de que el cuchillo es considerado como un arma, en Gran Canaria en muy raras ocasiones ha sido utilizado como objeto de defensa. Esta afirmación es confirmada a través de las observaciones recogidas por la insigne viajera inglesa Olivia Stone, quien en su libro Tenerife y sus Seis Satélites describe su visita a las Islas Canarias en el año 1885, y concretamente sobre Gran Canaria, señaló que “casi todos los hombres y muchachos llevan cuchillos, pero en cuanto van a comenzar una pelea los arrojan bien lejos” (Stone, 1995:279). La escritora en su diario de viaje dibujó además un cuchillo canario.

Los cuchillos canarios eran elaborados por los herreros insulares, pero a pesar de que todos los cuchilleros eran herreros, es decir, elaboraban otros objetos de forja, no todos los herreros eran cuchilleros. La ejecución de este tipo de mango precisa de una cadena de producción muy diferente a la del resto de los trabajos desarrollados en una herrería tradicional.

Fue una actividad ejercida en exclusividad por hombres, transmitiéndose los conocimientos por vía patrilineal, de generación en generación. Los cuchilleros aprenden esta especialidad desde muy jóvenes, ayudando en las herrerías a sus padres, abuelos o tíos, en las distintas tareas que se ejecutaban (a los ocho años los niños ya colaboraban tirando del fuelle de la fragua, y desde que ya superaban “la altura del yunque” se iniciaban en la forja del metal).

El aprendizaje del cuchillo canario, se empieza “encabando o desencabando” las diversas piezas que forman el mango. Según señalan los viejos herreros-cuchilleros, para llegar a dominar este trabajo se precisa aproximadamente de un año o año y medio. Transcurrido este tiempo, el joven aprendiz podrá elaborar un cuchillo canario en miniatura. 

En los últimos veinte años, los artesanos productores de cuchillos canarios están especializado en este trabajo, ya no son herreros, ahora son exclusivamente productores o “hacedores” de mangos o “cabos de piezas”; incluso la hoja de los cuchillos canarios (salvo excepciones) no son elaboradas por ellos, sino que las compran a otros artesanos forjadores.

Hoy día el cuchillo canario ha dejado de ser simplemente una herramienta de trabajo, hoy su papel es bien distinto, es identificado como un símbolo identitario de la cultura canaria, es un puente hacia nuestro pasado y por lo tanto un vínculo con nuestras raíces.

En un cuchillo canario podemos distinguir varias partes, la hoja, formada por: punta, filo, pete, barbilla, garganta, colchón o escorchón y la espiga; y el mango o cabo, integrado por: casquillos, perilla, piezas o anillas de cuerno, arandelas e incrustaciones.

 Los cuchilleros emplean múltiples y variados materiales en la elaboración de las diferentes partes que integran el cuchillo canario. La hoja puede ser de hierro acerado  o al carbono, acero inoxidable, alpaca, plata o incluso oro. Para preparar las anillas o piezas del mango utilizan principalmente cuerno de macho, carnero o vaca, aunque también recurren al marfil, al ébano, o a diferentes tipos de material plástico duro. Para las incrustaciones decorativas de estas anillas se sirven de finas láminas de distintos metales (alpaca, níquel, latón, cobre, aluminio, plata u oro).

En la ejecución de un cuchillo canario podemos distinguir dos trabajos bien diferenciados. Por un lado, la elaboración de la hoja (trabajo exclusivamente de forja) y por otro la preparación del cabo o mango. Este proceso, a grosso modo, consiste en preparar pequeños trozos circulares de cuerno, de variados diámetros, que son agujerados en el centro (pues será por ahí por donde se encajarán en la espiga de la hoja del cuchillo). En estas secciones cilíndricas de cuerno se hacen una serie de incisiones, desde diversos ángulos, que se rellenan con las láminas de metal. En los extremos se colocarán unos casquillos metálicos. El acabado del mango se conseguirá pulimentándolo.

La variedad tipológica de los cuchillos canarios no parte solamente de los materiales empleados, sino también del número de piezas o anillas de cuerno del que consta el mango, y de los motivos decorativos utilizados. Estos motivos son principalmente geométricos (cruzada, derecha, damero, espinilla, rallado, espiga, cruces, cuadrados, zig-zag, etc) o con formas varias (flores, campanas, etc.) Las diferentes opciones tipológicas han originado la clasificación de los cuchillos canarios atendiendo a los motivos decorativos utilizados en el cabo: florales, lineales, dameros, etc. (datos facilitados por Macarena Murcia Suárez, Técnico de la Fedac, Cabildo de Gran Canaria)

 

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