Las fiestas de los pueblos canarios se viven en casa este verano: “No necesito más que un timple y cuatro amigos”

Fiesta del charco, en La Aldea de San Nicolás. (Cirenia Vico)

Silvia Álamo

Las Palmas de Gran Canaria —

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“No hay romería de El Pino, pero yo ese día me visto de romero y la celebro en casa con un timple y cuatro amigos. No necesito más”. Así se manifiesta Pedro cuando se le pregunta por la suspensión de las fiestas patronales de Gran Canaria, en la Villa Mariana de Teror. En el municipio de Agaete, en el noroeste de la isla, son conscientes de lo que podría suponer, en relación con la propagación del virus, un multitudinario evento como la popular fiesta de La Rama. “Sabíamos que iba a pasar, pero no pudimos evitar las lágrimas cuando se confirmó la noticia, es una auténtica pena”, relatan Marisa y su marido, quienes cada año reciben a decenas de amigos en su casa de esta villa marinera. “No nos tiraremos a El Charco, pero ya le dije a mis hijos que esos días en mi casa hay fiesta. Y los tres días”, afirma Cristóbal cuando habla de las Fiestas de El Charco, en La Aldea de San Nicolás. La llegada de la nueva normalidad ha traído aire fresco a las Islas justo en el comienzo de un verano atípico sin fiestas populares. De momento no habrá romerías, ni verbenas, ni cualquier evento que pueda suponer una aglomeración que implique un riesgo de extensión del virus, ni siquiera en los pequeños pueblos del Archipiélago. 

La resolución publicada el pasado 19 de junio en el Boletín Oficial de Canarias (BOC) para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19 recoge que estas celebraciones se podrán retomar si la situación epidemiológica lo permite y siempre que el Ejecutivo regional lo autorice. 

Una de las noticias más impactantes este año es la suspensión de las Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen de Las Nieves, en La Palma. Los Enanos no danzarán al ritmo de su famosa melodía este 2020. Las autoridades ya han anunciado que la próxima edición se celebrará en una “fecha extraordinaria” cuando las condiciones sanitarias lo permitan y de forma coordinada con todas las instituciones implicadas. La Graciosa, la isla más pequeña del Archipiélago y la única a la que hasta ahora no ha llegado el virus, también ha cancelado las Fiestas del Carmen, una celebración que llega a triplicar su población. En Lanzarote, los siete ayuntamientos han acordado suspender todas las fiestas hasta el próximo 1 de octubre. No se celebrarán Los Dolores, las fiestas de San Ginés o las del Carmen, entre muchas otras. 

En Gran Canaria la festividad en honor a la Virgen del Pino, que cada mes de septiembre congrega a miles de peregrinos y visitantes en el municipio de Teror, se celebrará sin los actos multitudinarios. No habrá lectura del pregón, ni los actos de Bajada y Subida de la imagen desde su camarín, ni la tradicional romería, las ferias de ganado y artesanía, los actos musicales, culturales o deportivos, ni las solemnidades en el acto tradicional de la Misa del Pino o del Día de Las Marías. Tampoco habrá Rama en Agaete. Probablemente el próximo 4 de agosto en Agaete suene más de una trompeta, pero no será la famosa banda de este municipio quien anime a la gente a bailar por las calles de este pueblo del norte de Gran Canaria. Aún no se han dado detalles exactos de lo que ocurrirá con las fiestas patronales de la villa marinera, pero está claro que el programa no llevará ningún evento multitudinario al no poder garantizarse las medidas de distancia de seguridad entre los asistentes. 

El Ayuntamiento de Gáldar, también en el norte de la isla redonda, ha decidido celebrar íntegramente a puerta cerrada y sin público los principales actos festivos del mes de julio en honor a Santiago Apóstol. Serán transmitidos por los medios de comunicación y las redes sociales municipales, cumpliendo con las medidas sanitarias. El alcalde de La Aldea de San Nicolás, Tomás Pérez, adelantaba este jueves la suspensión de una de las fiestas más populares de Gran Canaria, El Charco. La próxima semana se hará oficial la cancelación, ya que no se pueden garantizar las condiciones de seguridad que impone la normativa. Aún no se han pronunciado los pueblos de la cumbre grancanaria, pero lo más probable es que Artenara vuelva a quedarse sin las fiestas de La Cuevita a finales de agosto. El año pasado ya se suspendieron por los incendios que asolaron a la isla en el mismo mes. Al igual que Tejeda, que celebra su festividad es en el mes de septiembre. Ya se despidieron, al menos hasta el próximo año, las Fiestas Fundacionales de Las Palmas de Gran Canaria -en honor a San Juan-, al igual que en Arucas y en Telde. 

Los barcos cargados de fuego de ilusión no navegaron este año por las calles de Tegueste, en Tenerife. Una de las romerías más esperadas por los habitantes de la isla y por los canarios en general no se pudo celebrar el último fin de semana de abril como manda la tradición. Santa Cruz tampoco se pudo vestir de gala para lucirse en sus populares fiestas de mayo y San Cristóbal de La Laguna espera a que avance el verano para conocer si podrá celebrar las de El Cristo de La Laguna. Otros municipios como La Orotava, Los Realejos o El Rosario también han cancelado sus fiestas patronales. Ahora, se espera la decisión de Puerto de La Cruz ante la celebración del Día del Carmen el próximo mes de julio. 

El municipio de Antigua, en Fuerteventura, ha suspendido todas las fiestas durante ese 2020. Y la capital de la Isla, Puerto del Rosario, lo ha hecho con los actos de las localidades de El Matorral y el Guisguey. El Ayuntamiento gomero de Alajeró también tomó la decisión de cancelar todos los eventos festivos para el pasado mes de mayo. 

En el ámbito regional, las Islas no pudieron celebrar su festividad más importante, el Día de Canarias, el pasado 30 de mayo. Fue un día atípico, sin actividades en los colegios o en los pueblos. Sí se realizó un acto institucional con acceso restringido para de esta forma respetar las normas de seguridad sanitarias en la sede del Parlamento de Canarias, en Santa Cruz de Tenerife. Allí se premió a la sociedad canaria por su responsabilidad “ejemplar y compromiso” durante el confinamiento decretado con el estado de alarma.

A la espera de comprobar cómo evoluciona la pandemia en las Islas y ante un posible giro de los acontecimientos, muchos municipios han decidido no precipitarse a la hora de tomar la decisión de cancelar las fiestas. No obstante, desde muchos ayuntamientos isleños reconocen que se están buscando alternativas para que las fiestas patronales no pasen por alto a pesar de la situación. Coinciden en que aún queda mucho camino por recorrer hasta conseguir el objetivo de la normalidad absoluta. De momento recomiendan evitar la celebración de eventos multitudinarios para eludir la propagación del virus que llegó a Canarias el pasado 31 de enero, cuando se detectó el primer caso de España. 

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