La Fundación Negrín pide ayuda para catalogar su enorme archivo ante la avalancha de peticiones de consulta
La Fundación Juan Negrín ha lanzado una petición de ayuda a las administraciones para poder catalogar el archivo del último presidente de Gobierno de la Segunda República, 200.000 documentos con muchas de las claves de la Guerra y el exilio de los que solo se ha inventariado un 5%.
La Fundación custodia en Las Palmas de Gran Canaria, la ciudad natal del líder republicano, el enorme archivo que este fue formando durante su paso por diferentes carteras del Consejo de Ministros (fue ministro de Hacienda, ministro de Defensa y presidente del Gobierno) y sus décadas de exilio, con todo tipo de documentos: actas, informes, cartas, fotografías, procedimientos judiciales...
El grueso del archivo personal de Negrín -150.000 documentos- llegó a España desde la casa de la familia en París en 2014 por iniciativa de su nieta y presidenta de honor de la Fundación, Carmen Negrín, gracias a un acuerdo en el que se implicaron el Gobierno central, el de Canarias, el Cabildo de Gran Canaria y el propio Estado francés, que recibió el compromiso de obtener una copia.
En breve, se le unirán 50.000 documentos más que Carmen Negrín descubrió hace unos meses en unas cajas arrumbadas en un sótano de la casa de su abuelo en París, que contienen, según una primera prospección, numerosos documentos desconocidos sobre momentos claves de la República y la Guerra: como la gestación del Estatuto de Cataluña de 1933, el proceso al POUM o las negociaciones en Londres con el Comité de no Intervención creado a instancias de Francia y el Reino Unido tras comenzar la contienda civil en España.
Acompañado por Carmen Negrín, el presidente de la Fundación, José Medina, ha reconocido que se ven desbordados por el tamaño y la entidad del archivo y también por el volumen de peticiones que reciben de universidades, historiadores y ciudadanos a título particular, que sospechan que la pista definitiva sobre un familiar desaparecido en la guerra puede estar en ese montón de papeles.
La Fundación ha hecho un primer escaneo de los 150.000 documentos que recibió en 2014, en un formato PDF que permite hacer búsquedas automáticas de texto en aquellos que están mecanografiados (no así en los manuscritos, ni en las imágenes o elementos gráficos), pero solo ha podido inventariar en detalle poco más del 5 por ciento.
Así que, si un historiador pregunta por algún gran capítulo del inventario por un expediente numerado, responderle puede ser cosa de una tarde, pero si alguien se interesa por una consulta compleja sobre las relaciones entre diversos personajes o quiere saber si en el archivo de Negrín figura algo, por ejemplo, del brigada García desaparecido en la Batalla del Ebro, todo se torna imposible.
Los rectores de la Fundación subrayan que este no es un archivo cualquiera, es una “archivo de Estado”, una joya histórica que guarda la versión de la Guerra de España -como llamaba Negrín a la contienda, a la que se negaba a referirse como la Guerra Civil- de “aquellos españoles a los que los 40 años de dictadura silenció”.
“En este tiempo hemos hecho mucho, pero somos solo unas pocas personas”, ha enfatizado Medina, que procura atender siempre todas las peticiones de información que recibe de investigadores interesados en desentrañar la historia que se guarda en las cajas que Negrín llevó siempre consigo en su periplo tras salir de España.
La nieta del político republicano ha detallado que entre los 50.000 documentos adicionales que en breve viajarán de París a Las Palmas de Gran Canaria, el más reciente descubrimiento son los expedientes de las negociaciones que se abrieron en Londres para procurar que no hubiera intervención extrajera en la guerra.
Carmen Negrín ha explicado que un historiador del Colegio de México, Jorge Daniel, ha hecho un primer examen de esos expedientes y le ha adelantado que ya tiene trabajo para un año completo, porque existen documentos y datos desconocidos hasta la fecha de cómo fueron las negociaciones que culminaron en un pacto que no respetaron varios de sus más singulares firmantes, como la Alemania nazi, la Italia fascista o la Unión Soviética.
La Fundación ha hecho este llamamiento coincidiendo con la inauguración de la exposición “1939. La derrota de las democracias”, construida a partir de un calendario publicado en aquellas fechas por el Comité Nacional de Mujeres Antifascistas y seis discursos de Negrín, que va señalando los hitos de aquel año en el que terminó la Guerra de España y comenzó la Guerra Mundial, tras el fracaso las políticas de “apaciguamiento” con los regímenes de Hitler y Mussolini.
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