Layabouts: “La falsedad y malversación de la televisión se han contagiado a la música”
MADRID, 9 (EUROPA PRESS - Miguel Martorell)
Rock 'n' Roll sin poses ni artificios. La banda madrileña presenta su tercer álbum de estudio, 'Savage Behavior', un disco que ha servido para consolidar su sonido y que empieza con toda una declaración de intenciones: 'El rock ha muerto, a quién le importa'.
Mucho ha llovido desde 'Layabouts' (2005) álbum debut de esta banda madrileña que hizo que se les enmarcara dentro del pujante movimiento power-pop estatal. “Insatisfechos” por pertenecer a aquel saco, rockeros por convicción y práctica, la banda se desmarcó de aquello con '...And they run into the Woods' (2009).
Fue su disco más oscuro y complejo, grabado en los estudios Garate (Guipúzcoa) con Kaki Arkarazo como productor y editado en su propio sello, Homeless Records. “Aquel disco fue madurar a marchas forzadas: Nos obligamos a hacer de empresarios y músicos”, explica su cantante y bajista, Jon Arias, en una entrevista con Europa Press.
Su tercer disco, 'Savage Behavior', vuelve a ser un paso para los Layabouts, aunque más bien en paralelo. La banda ha encontrado ese sonido rock que les acompaña desde sus inicios en los conciertos y lo explota en todas sus facetas, con guiños al grunge, al garage o al rock sureño.
“Este disco es el triunfo del segundo: Hemos conseguido ser un grupo de rock, ahora vamos a demostrar que queríamos llegar hasta aquí y que tenemos el talento y la fuerza para hacer un álbum como este”, defiende Jon. 'Savage Behavior' es crudo, conciso en esos 10 temas que se precipitan uno tras otro en toda su visceralidad.
“LOS RAMONES NUNCA HICIERON UNA BALADA”
El cantante afirma que en este disco el público se va a encontrar a los Layabouts tal y como suenan en sus directos, uno de los puntos fuertes de este cuarteto que se ha alejado de capas y texturas en este tercer disco para dejar en las canciones en una estructura sencilla sostenida por las guitarras de Javi y Rober y, sobre todo, los ritmos de Víctor, el batería.
Además de 'To the end', primer single del álbum, la sobresaliente 'Numbers/Figures', los ritmos “anfetamínicos” de 'Rollercoaster' y 'On My Side', la “desgarradora” 'It's All Dead', Jon destaca otras dos canciones. En primer lugar, 'Falling Over (The Man Who Broke The Law)', con un tempo poco habitual en los Layabouts.
“Siempre nos dicen que no tenemos una sola balada y yo siempre respondo: Los Ramones nunca hicieron una balada”, bromea el músico, que describe esta canción como “una canción con una letra cruda más que sentimental en la que un hombre le pide disculpas a su mujer por cometer errores y no dar la cara”.
El otro tema reseñable, según el propio Jon, es 'Rock's Dead', la “canción más representativa” y la que “expresa perfectamente el momento personal de la banda”. “Nunca hemos buscado aleccionar a nadie”, argumenta el cantante, que añade que el grupo ha encontrado “en la defensa del rock y de la honestidad en la música” un estandarte.
“EL ROCK ESTÁ MUERTO EN ESPAÑA”
“El rock está muerto en España”, sentencia Jon, que cree que el Rock 'n' Roll no es solo “guitarras, estructuras y adrenalina”, sino también “una actitud y una puesta en escena”. “En España hay muchos grupos que hacen rock en inglés y se les maltrata por el idioma”, denuncia el músico, que considera lógico que se haga rock en inglés ya que este nació envuelto en ese idioma.
“Al rock en España le faltan grupos que beban de The Who, de los Foo Fighters, de los Sex Pistols. Hay mucho pop en castellano, mucho folk o ese tipo de rock con un punto más pop que es agresivo pero no, comercial pero tampoco... son grupos que parecen diseñados”, argumenta Jon, que cree que faltan grupos “de uns escena más americana, más británica”.
“Vienen Muse o Arctic Monkeys y agotan entradas en dos horas, luego grupos nacionales que están a ese nivel, que tienen una música que además se puede exportar fuera de España, no interesan”, afirma, citando el ejemplo de Suecia que “exporta grupos como The Hyves o The Hellacopters” y que “llevan el nombre de ese país por el mundo”.
El problema según Jon es que “en un país con un talento musical de la hostia”, los grupos “se queman en uno o dos discos”. “Los promotores, las salas, las revistas, van a ser efectistas, a lo que funcione, lo que quieren es vender a cualquier precio. Eso de que estamos en crisis es una patraña, la crisis debería ser un momento para aportar e innovar, pero aquí, al contrario, la gente se ha vuelto más conservadora”.
Recordando los movimientos que surgieron en torno a The Factory Records en Manchester -con Joy Division, entre otros- y el club The Hacienda, con gente que “apostaba por una música que creía que debía ser escuchada”, el cantante considera que “hoy en día todo aquello se ha perdido”.
“Es muy triste ver que las cotas de malversación y falsedad de un negocio como la televisión han contagiado al cine y la música. La gente que maneja el negocio son tiburones ejecutivos, no hay voluntad de nada ni de nadie y, si la hay, es de muy poca gente... lo único que mueve todo esto es la pasta, el capitalismo puro y duro”.