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Picasso, paz sobre piedra

BARCELONA, 3 (EUROPA PRESS)

El Museo Picasso de Barcelona organiza hasta octubre de 2011 la exposición temporal 'Picasso, litografías' en la que se muestra una de las vertientes menos conocidas del artista, como sus dibujos sobre piedra, en un momento de la historia en el que Picasso colaboró con la causa pacifista después de la Segunda Guerra Mundial.

La exposición --una selección de una treintena de litografías que forman parte del fondo del museo-- consta de tres salas, en un recorrido entre 1945 y 1956, cuando Picasso explotó al máximo esta técnica e innovó sobre nuevas formas de tratarla llegando a desarrollar una litografía “muy pictórica”.

En rueda de prensa, la conservadora del museo, Malena Gual, ha explicado que la primera incursión litográfica de Picasso data de 1919 en una invitación a la exposición que presentaba en la galería Rosenberg de París, fecha a partir de la cual usó esta técnica para ilustrar algunos libros y catálogos de “forma ortodoxa”.

No obstante, no fue hasta 1945, cuando el artista se instaló en el taller de Fernand Mourlot en París, cuando se implicó en todas las fases de producción litográfica, usando todo tipo de planchas e introduciendo nuevos materiales.

En esta etapa, Picasso --y el devenir histórico-- entran en una fase postbélica en la que gravará motivos relacionados con la paz, el compromiso político y la mitología griega de un modo que pretende “volver a la infancia”.

No en vano, Louis Aragon --del Partido Comunista-- visitó su taller en febrero de 1945 y seleccionó la litografía 'La paloma' para ilustrar el Primer Congreso Mundial de la Paz, que se celebro en la Salle Pleyel parisina en abril.

Esta litografía dará lugar a una producción más extensa de palomas de la paz, que culminará en 'Paloma volando', insignia del Segundo Congreso Mundial de la Paz que se celebró en la ciudad inglesa de Sheffield, y que reafirma el compromiso político por la paz de Picasso.

LA JOVEN FRANÇOISE

La tercera etapa está centrada en Françoise Giró, su compañera durante nueve años, que le devolvió la juventud --ella tenía 21 años cuando él contaba con 61--; fue entonces cuando la producción de Picasso se aceleró, llegando a componer 12 litografías en tan solo dos días y alcanzando una progresión en el trabajo del volumen, por ejemplo, sobre la melena de Françoise, que empezó dibujando con un lazo y terminó simbolizando los rayos de un gran sol en 'Françoise en forma de sol'.

Esta serie está centrada en Françoise Giró; los hijos de ambos --Claude y Paloma--, y también la empleada del hogar del artista, Inés, a quien mostró un gran aprecio regalándole anualmente un retrato.

Su cambio de residencia al sur de Francia y el consiguiente alejamiento del taller de Mourlot rebajó el interés de Picasso por las litografías, quien dejó de producirlas tan frecuentemente como antes.

El Museu Picasso de Barcelona dispone de las dos terceras partes de toda la producción litográfica del artista --de las más de 400 realizadas--, algo que ahora desea poner en valor tirando de su propio fondo, como ya ha hecho recientemente con las exposiciones 'Picasso, linogravador' y otra dedicada a las aguatintas que ilustran el libro de 'La Celestina' de Fernando de Rojas.

La litografía es una técnica de impresión plana, inventada en 1796, que se basa en el antagonismo del agua y los elementos grasos de la pintura, de modo que se traza un dibujo inicial sobre una piedra calcárea y porosa --o planchas de zinc o aluminio-- que se acidula con una mezcla de goma arábiga, quedando así la imagen fijada y las zonas blancas impermeabilizadas.

Con esta técnica, en el tintado para la impresión, la tinta solamente queda depositada sobre la imagen dibujada, colocándose encima una hoja de papel presionada con una prensa.

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