Canarias servirá de banco de pruebas de la acuicultura en Europa
La Unión Europea financiará durante los próximos cinco años las investigaciones que realiza la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) para elevar el rendimiento de la acuicultura, un sector llamado a tomar el relevo de la pesca en el suministro de alimentos a la población.
Casi el 50% del pescado que se come hoy en el mundo procede de granjas de cultivo, una proporción que en Europa disminuye a la mitad, a pesar el Viejo Continente importa el 65% del pescado y marisco que consume, ha explicado director del Centro de Biodiversidad y Gestión Ambiental de la ULPGC, Ricardo Haroun.
Este investigador, especializado en ciencias marinas, lidera ahora EcoAqua, un proyecto destinado a potenciar la acuicultura en Europa, diversificar su producción, aumentar su rendimiento y reducir su impacto ambiental que acaba de recibir una subvención de Bruselas de dos millones de euros (el 75% de su presupuesto).
“Hay necesidad de aumentar la producción de acuicultura a nivel mundial. El medio marino, a través de las pesquerías, no va a dar abasto a todas las demandas de proteína que hacen falta para población humana. La pesca no va a ser suficiente e, incluso, va a disminuir. Así que, o lo hacemos a través de la acuicultura, o nos morimos hambre”, defiende Ricardo Haroun.
Este profesor de la ULPGC y su colega de trabajo Juan Manuel Afonso han presentado este viernes oficialmente el proyecto EcoAqua, durante un acto al que han asistido el presidente de Canarias, Paulino Rivero, representantes de empresas del sector, como Tinamenor, y destacados cocineros, como José Rojano (tres soles Repsol).
Más producción con menos recursos
Esta iniciativa pretende desarrollar nuevas técnicas que permitan producir más pescado, mariscos y algas, con mayor variedad y con menor consumo de recursos naturales, a partir del conocimiento acumulado en esta materia por la ULPGC, que cuenta con varios grupos líderes en Europa en varios campos de la acuicultura.
A ellos, se sumarán seis científicos externos de alto nivel que trabajarán en el proyecto durante sus 60 meses de duración (hasta abril de 2019) y que en estos momentos están en fase de selección. Sus líneas de investigación son varias, pero una de las primeras atañe a la variedad de cultivo. En Europa, apenas se producen en acuicultura 10 tipos de pescado y moluscos, mientras que en Japón y Corea las granjas marinas proporcionan 60 especies diferentes.
Haroun subraya que, por ello, hay mucho campo de crecimiento en ese área y apunta algunas especies que pronto podrían incorporarse al repertorio de las empresas de acuicultura en Europa, como el medregal, el pulpo o los haliotis (un tipo de molusco). También se podrían sumar a las granjas marinas nuevos tipos de macroalgas, tanto para su venta, como para proporcionar alimento al resto de las especies que allí se cultivan.
Ese es otro de los objetivos de EcoAqua: mejorar la alimentación de los peces de cultivo, utilizando subproductos de la pesca (como vísceras o aletas de calamar) o subproductos de la agricultura para sustituir los aceites y harinas de pescado que ahora se emplean. “El objetivo es producir más, con menos alimento, más rápido y más especies”, remarca Ricardo Haroun.
El proyecto tiene otra vertiente, la ambiental: más acuicultura supone menos impacto de la pesca extractiva en el mar y además puede hacerse con técnicas más respetuosas, plantean sus promotores. EcoAqua también se propone buscar formas de selección genética y crianza de los peces que proporcionen alimentos más saludables, desde la premisa de que, con carácter general, el pescado de acuicultura tiene mejores propiedades que el salvaje (mejores niveles de ácidos grasos y menos presencia de metales pesados).