Blanco busca una solución al problema de las autopistas
MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
El ministro de Fomento, José Blanco, asegura que trabaja para buscar una solución a la situación de quiebra que afrontan algunas autopistas y los contratos de mejora de las autovías de primera generación “que sea compatible con el interés general”.
“Estamos dialogando y acordando para buscar el equilibrio necesario que haga viable las concesiones y sea compatible con el interés general”, declaró Blanco.
“Las constructoras defienden sus intereses, y a mí me parece normal que lo defiendan, y yo lo que hago es defender el interés general”, añadió el ministro tras inaugurar una jornada sobre infraestructuras organizadas por el diario 'Expansión' y Sando.
El titular de Fomento recordó no obstante al sector su parte de culpa en la situación de los contratos de concesión adjudicados para renovar algunos tramos de las autovías de primera generación.
“En relación con las autovías de primera generación y de las autopistas radiales trato de resolver un problema heredado, en un caso por la mala panificación y en otro simplemente por haber hecho un proceso de concurso con bajas muy exageradas y ahora tenemos que resolver precisamente lo que ellos mismos han provocado en su momento”, explicó el ministro.
PETICIONES DEL SECTOR.
Las constructoras reclaman al Ministerio una solución para solventar el sobrecoste que experimentan respecto al importe de adjudicación los contratos del Plan Renove de autovías que se adjudicaron cuando Fomento estaba dirigido por Magdalena Álvarez, por las modificaciones que ha sido preciso introducir en los proyectos.
En el caso de las autopistas, el sector reclama 600 millones de euros más respecto a los 350 millones de euros en los créditos participativos que el Estado se ha comprometido a inyectar a un grupo de concesiones en 2011 para que sorteen la quiebra, y que se empiecen a conceder los préstamos de este tipo ya previstos para 2010.
Para el sector, la situación de los contratos de reparación de las autovías más antiguas y de algunas concesiones de autopistas (principalmente las radiales de Madrid) se suma al recorte anunciado en la inversión en obra pública.