Más de 25 organizaciones ecologistas, sindicales y sociales han remitido una carta a la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen Muñoz, en la que expresan su “profunda inquietud” por la reciente autorización del Gobierno para instalar nueva capacidad de generación térmica fósil en los sistemas eléctricos insulares. En Canarias, representantes de la red estatal “Gas no es la solución” hicieron entrega de este documento al delegado de Gobierno, Anselmo Pestana, como parte de las acciones coordinadas a nivel nacional contra esta medida.
Entre las organizaciones firmantes se encuentran Amigas de la Tierra, Greenpeace, Ecologistas en Acción, Fridays for Future España, Fundación Renovables, partidos políticos, sindicatos y plataformas sociales, entre muchas otras.
Estos colectivos denuncian que esta medida “pone en entredicho la coherencia de las políticas públicas” y contradice el compromiso del propio Ministerio con la lucha contra el cambio climático y la transición energética. Según la resolución publicada, se abre la puerta a incorporar hasta 1.361 MW de nueva potencia fósil bajo el argumento de reforzar la seguridad de suministro.
Para las organizaciones firmantes, esta decisión supone una “clara disonancia política”: mientras se promueve la descarbonización y el almacenamiento energético como vía de futuro, se impulsa a la vez la instalación de nuevas centrales fósiles que condenarán a Canarias a décadas de dependencia de combustibles importados, contaminantes e inestables desde el punto de vista geopolítico.
En este sentido conviene recordar la conflictividad que está rodeando a la implantación de los grupos de emergencia alimentados con propano o gasoil, que se siguen impulsando, cuando ya hay proyectos de baterías a la espera de la regulación del sector del almacenamiento, que podrían sustituir a estos grupos térmicos de emergencia.
Los colectivos recuerdan que hoy existen soluciones técnicas y económicamente viables para avanzar hacia un modelo 100% renovable en Canarias. Tecnologías como el bombeo reversible, las baterías de ion-litio, las soluciones híbridas o la gestión inteligente de la demanda ya permiten garantizar estabilidad y seguridad al sistema eléctrico.
Por todo ello, las organizaciones reclaman:
1. La paralización inmediata de nuevos grupos térmicos fósiles en los sistemas eléctricos insulares, tanto los considerados como “de emergencia” como los que se pueden presentar dentro del proceso de concurrencia competitiva.
2. Un cronograma claro y vinculante de cierre progresivo de las instalaciones fósiles, acompañado de un plan de sustitución por renovables con almacenamiento.
3. La priorización de inversiones públicas y privadas en infraestructuras de almacenamiento energético, redes eléctricas y gestión de la demanda.
4. Una transición eco social justa, que equilibre las necesidades locales con los objetivos de descarbonización.
“Canarias merece ser vanguardia de la transición energética, no quedar atrapada en un modelo obsoleto y contaminante”, subrayan los colectivos.