Las claves de Itálica: pequeña guía para visitar la patria de los emperadores Adriano y Trajano

Fosa Bestiaria y gradas del Anfiteatro de Itálica. En sus buenos tiempos este era el segundo anfiteatro más grande de Europa.

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Destripar los secretos de un gran yacimiento arqueológico es uno de los trabajos que hacemos con más dedicación y entrega. Los grandes monumentos que nos legaron los siglos son uno de los atractivos recurrentes a la hora de planificar un viaje y en un país como España, con uno de los roles protagonistas en el listado de Patrimonios Mundiales de la Unesco, la tarea de visitarlo todo es, sencillamente, imposible en una vida. Hoy nos vamos a acercar a uno de esos lugares mágico que aún (en la fecha en que escribimos estas palabras) no está dentro de ese listado, pero que se incorporará en breve. Se trata de la ciudad romana de Itálica, uno de los yacimientos mejor conservados y más extensos de la presencia latina en la Península Ibérica.

Fundada por veteranos de las legiones romanas en el 206 antes de Cristo (aC), la ciudad se convirtió de manera casi inmediata en una de las puntas de lanza de la cultura romana en el Valle del Guadalquivir. Su fundador fue el ilustre Publio Cornelio Escipión, ‘El Africano’ que derrotó a los cartagineses asegurando el control de Hispania. Esta fue la primera ciudad fundada fuera de suelo italiano y desde el minuto cero contó con el privilegio de ser una Colonia Latina. Su papel en la guerra civil entre César y Pompeyo le valió el reconocimiento como Municipium Civium en el 45 aC.

Viejas columnas romanas en el 'Barrio de Trajano'.

La ciudad nunca fue capital de provincia ni siquiera cabeza de ‘convento’ (tribunal de justicia). Pero su carácter de ciudad culta vinculada a las élites romanas la convirtió en algo así como un ‘residencial de lujo’ frente al carácter comercial e industrial de la cercana Híspalis (la actual Sevilla). Sevilla tenía su puerto, sus fábricas de cerámicas, sus almazaras y almacenes, su frenético día a día. E Itálica sus palacios, templos, grandes infraestructuras públicas y su vida lujosa. Ya era un lugar importante en la época Republicana (ese proceso que se inició con Julio César y que culminó con Augusto el 27 aC) pero su prestigio se acentuó en época imperial siendo la cuna de los dos emperadores más grandes del orbe romano: Trajano y Adriano.

Antiguos corredores en el Anfiteatro de Itálica.

Qué ver en Itálica.- El grueso de la visita a Itálica se concentra en el conocido como el ‘Barrio de Adriano’, una expansión de la ciudad hacia el norte efectuada en el siglo II de nuestra era que se concretó en grandes infraestructuras públicas y residencias de lujo. El resto de la ciudad, salvo el Teatro y las Termas, quedaron bajo la actual Santiponce, heredera de Itálica tras la Edad Media. El visitante que se introduce en esta antigua ciudad romana se encuentra en primera instancia con el Anfiteatro. Este ‘estadio’ contaba con más de 35.000 localidades y era el segundo de mayor capacidad de todo el imperio. Hoy puedes ver parte de los graderíos, la arena y la fosa bestiaria, el lugar que se encontraba bajo la arena y que servía para subir jaulas con animales salvajes. Junto al anfiteatro nos topamos con los restos de la muralla y la puerta monumental que daba acceso a la zona residencial. Entramos en el barrio ‘pijo’ de Itálica.

Mosaico de la 'Domus' de los Planetas. Aquí se representa a los grandes dioses de la mitología romana.

Las grandes domus de lujo que se apilan en la zona norte de la ciudad han llegado hasta nuestros días gracias a que el desarrollo urbano de Satiponce se concentró en la parte vieja de la propia ciudad romana (zona sur). Hoy podemos ver los restos de hasta siete grandes casas en una gran extensión de terreno con muchísimas hectáreas sin excavar. Tres destacan sobre el resto por la espectacularidad de sus mosaicos: La Casa de los Pájaros; la Casa del Planetario (con un mosaico que representa a los grandes dioses del panteón romano) y la Casa de la Exedra. Muy cerca de la zona residencial puedes ver las termas mayores y restos de otros grandes edificios públicos (templos).

Mosaico de la 'Domus' de los Pájaros.

El actual Cementerio de Santiponce corta de cuajo una de las grandes estructuras del ‘Barrio de Adriano’ junto a los cimientos del gran Templo de Trajano (Traianeum). Y aquí encontramos la explicación de porqué no más. Itálica siguió siendo un importante centro urbano durante la etapa visigótica y quedó abandonado en musulmana. Y cuando volvieron los cristianos en el siglo XIII levantaron aquí el Monasterio de San Isidoro del Campo (Av. de San Isidoro, 18) sobre una pequeña ermita que albergaba la tumba del santo (que fue trasladado a León en el siglo XI). En torno al monasterio (que es muy interesante de ver y es una de las grandes joyas del gótico mudéjar en toda España) se levantó la actual Santiponce sobre las ruinas de Itálica. Y por eso entre sus calles y plazas podemos ver otros grandes monumentos romanos como el Teatro (La Feria, sn) o las Termas Menores (Trajano, 4).

Los restos del Teatro de Itálica se encuentran en el centro urbano de Santiponce.

Datos para visitar el Yacimiento de Itálica.- La entrada al conjunto monumental se encuentra en la Avenida de Extremadura junto a la parada de autobuses (Itálica). La entrada es gratuita para ciudadanos de la Unión Europea y la entrada para los no residentes en la Comunidad es de 1,5 euros. Los horarios de apertura son los siguientes:

DEL 1 DE ENERO AL 31 DE MARZO. De martes a sábado: De 09:00 a 18:00 horas. Domingos y festivos: De 09:00 a 15:00 horas.

DEL 1 DE ABRIL AL 20 DE JUNIO. Martes, miércoles y jueves: De 09:00 a 18:00 horas. Viernes y sábados: De 09:00 a 21:00 horas. Domingos y festivos: De 09:00 a 15:00 horas.

DEL 21 DE JUNIO AL 20 DE SEPTIEMBRE. De martes a sábado: De 09:00 a 15:00 horas. Domingos y festivos: De 09:00 a 15:00 horas.

DEL 21 SEPTIEMBRE AL 31 DICIEMBRE. De martes a sábado: De 09:00 a 18:00 horas. Domingos y festivos: De 09:00 a 15:00 horas.

Murallas de Sevilla. Las fortificaciones han sido modificadas a lo largo de los siglos pero el origen de los muros es romano.

Cómo llegar hasta Itálica desde Sevilla en transporte público.- La forma más cómoda para acercarse hasta el yacimiento arqueológico es a través de la red de autobuses públicos interurbanos del Consorcio de Transportes de Andalucía. Las líneas que conectan de manera más directa la capital andaluza con la localidad de Santiponce son lasM-170A y M-170B. En la capital sevillana, las paradas se encuentran en la Estación de Autobuses de la Plaza de Armas y junto a la Plaza de Chapina (Avenida de la Expo 92 frente a Torre Sevilla). El trayecto hasta la parada de Itálica (Avenida de Extremadura) demanda unos 25 minutos y el costo del billete es de 1,60 euros (servicio entre las 9.15 y las 22.05). La otra opción es el servicio de Cercanías de RENFE (Línea C-5) con salida desde las estaciones de Santa Justa o San Bernardo en Sevilla y parada en Valencina-Santiponce. Desde aquí tienes una caminata de unos 20 minutos hasta el yacimiento. El trayecto demanda unos 20 minutos y el precio del billete es de 1,70. Los servicios se prestan desde las 6.30 hasta las 22.21.

Antiguas casas romanas en el 'Antiquarium' de Sevilla.

Roma en Sevilla.- Hablábamos antes de las diferencias entre la vieja Itálica patricia y romana y la Híspalis de las clases populares. De aquella ciudad queda muy poco porque Sevilla fue creciendo a lo largo de los siglos a través de sucesivas edificaciones. Para encontrar restos de Híspalis hay que dirigirse a un par de puntos aislados y acudir a las vitrinas del Museo Arqueológico de Sevilla (Plaza de América, sn), donde se custodian numerosas piezas de la propia Híspalis y de las otras grandes ciudades romanas de la actual provincia (Carmona, la propia Itálica, Orippo (Dos Hermanas), Écija…).

El gran yacimiento romano en Sevilla es el Antiquarium (Plaza de la Encarnación, 37) donde se han localizado los restos de varias casas urbanas (algunas con mosaicos preciosos) y un gran almacén destinado a la custodia de salazones. Este espacio es muy bonito de ver por su potente musealización y porque muestra la evolución de la ciudad desde la época romana hasta la almohade (siglos X y XI). Para encontrar otros rastros de Roma en la ciudad hay que irse hasta la calle Santander o las inmediaciones del Alcázar para ver las Murallas de la Ciudad Antigua. Los muros fueron ampliados y reformados muchísimas veces, pero en las primeras hileras de piedra pueden verse las manos de los ingenieros romanos.

Fotos bajo Licencia CC: Emilio; Sergio Geijo; Damien; María Jesús García Vélez; Monika

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