Un intruso en Ajuria Enea e ironía sobre Díaz Ayuso: Pradales se hace 'instagramer' y lanza su broma del 28 de diciembre

Hace un año, en su primer mensaje de fin de año como lehendakari, Imanol Pradales apenas atrajo a 2.000 personas en su versión en euskera y 105.000 conectaron con la de castellano. No negó que quería dirigirse a los jóvenes y, a la luz de los datos, más bajos que los que suele lograr el jefe del Estado, Felipe VI, parece que no lo logró. “Seguramente no lo escucharon”, admite ahora Pradales.

Ése es, de hecho, el arranque de un vídeo en Instagram en el que se le ve preparando borradores para su segunda alocución, la de este miércoles. Parece dar a entender que no acierta con el tono, como tampoco a encestar las hojas sucias en una papelera. Sin embargo, el vídeo va más allá y, en el contexto de las bromas propias del 28 de diciembre, aprovecha para alimentar la expectación para esa cita con un intruso entrando por la ventana del palacio presidencial de Ajuria Enea -es el icónico remero y patrón José Luis Korta, ya septuagenario- y hasta con una broma sobre Isabel Díaz Ayuso, presidente madrileña y con la que ha tenido varios encontronazos políticos en el año.

Korta, que supuestamente irrumpe para ayudar al lehendakari con las ideas principales, llega a interrumpirle cuando le explica sus medidas y su programa con un “hablas como los políticos”. Acto seguido, Pradales hasta le cede la silla de lehendakari. “Lo primero que haría es que la juventud tenga trabajo”, promete el veterano exdeportista. “¿Y con Madrid qué hacemos?”, le pregunta Pradales. “Se puede hacer una frontera”, bromea el intruso.

Después, visitan Ajuria Enea. En una de sus estancias, Pradales le muestra uno de los mejores cuadros del palacio, 'Doña Virtudes de azul y amarillo'. Es un Zuloaga. Pero entre los visitantes habituales va calando la broma de que se asemeja a Isabel Díaz Ayuso. “¿Este cuadro?”, pregunta Korta. “¿A ti también te parece...?”, bromea el lehendakari. Después de huir de 'Doña Virtudes', ambos acaban brindando con una copa de cava para completar la grabación, que contrasta claramente con el estilo sobrio del anterior inquilino de Ajuria Enea, Iñigo Urkullu, también del PNV.