Imaginen si, por ejemplo, llevan casi un siglo pululando por este planeta… ¿Cuál ha sido el resultado de todas y cada una de esas transmigraciones en su psique original y el desequilibrio y la desazón que todo esto le ha producido? Imaginen que su vida se ha convertido en un desesperante “callejón sin salida” del que no saben cómo salir y, cada día que pasa, supone una losa mayor que el anterior.
¿Se imaginan una existencia así? ¿Se les podría tachar de asesinos en serie o, solamente de seres en busca de su supervivencia? ¿Deberían resignarse y abandonar toda esperanza?
© 2018 Federgreen Entertainment, Unstable Ground Productions & 9 Light Entertainment
Éstas y otras tantas preguntas -tantas como lo cuerpos que ocupa Drew durante los ochenta y cuatro minutos que dura la película de Justin McConnell Lifechanger (2018)- componen la estructura narrativa de una de las propuestas que forman parte de la programación del festival de cine Night Visions Maximum Halloween 3018.
Justin McConnell, en su triple papel de director, guionista y productor, nos pone sobre la mesa -al igual que ya ha hecho en anteriores realizaciones suyas, tales como The Collapsed (2011) o Broken Mile (2016)- la dicotomía del mundo actual donde vivir es lo más peligroso que tiene la vida 1 ,frase que muy bien la podría acuñar Drew.
Éste, cada vez más condicionado por su voraz instinto de supervivencia, el cual le mantiene vivo, pero a costa de no poder mantener ninguna relación personal duradera, empieza a plantearse cuál es su papel en este manicomio con forma redonda. Y sobre todo lo hace cuando se para un momento y piensa en Julia (Lora Burke), la única mujer que ha significado algo en la atribulada vida de Drew y a la que debió abandonar cuando llegó el momento de cambiar de envoltorio vital.
Julia (Lora Burke) y Robert (Jack Foley) en Lifechanger © 2018 Federgreen Entertainment, Unstable Ground Productions & 9 Light Entertainment
Ni siquiera cuando Drew asume la apariencia y la personalidad de Robert (Jack Foley), la situación cambia. Más bien, empeora, perdiendo aquello que más anhelaba, como también le sucediera al personaje de Connor MacLeod (Christopher Lambert) en Highlander (Russell Mulcahy, 1986). Al igual que Drew, debió aceptar que la inmortalidad no acarreaba tantas cosas buenas como, sobre el papel, ésta pudiera ofrecer.
Lifechanger termina por ser una fábula sobre la existencia de los seres humanos, el paso del tiempo y todas esas cuestiones que van apareciendo, según y como sea nuestro devenir personal y profesional. Justin McConnell mezcla, además, elementos propios del cine de género exportados de títulos tales como Lifeforce (Tobe Hooper, 1985), Body Snatchers (Abel Ferrera, 1993), el mito del vampiro más clásico, ciertos toques de un humor bastante negro, tal y como sucede en su disparatado cortometraje Ending the Eternal (2008) y la evolución de los gusanos quienes, llegado el momento, se transforman en una mariposa, ejemplo natural de la evolución.
El director tampoco pretende responder ninguna de las preguntas que se formula Drew durante el metraje de la película y, si lo hace, su discurso ni es tautológico ni nada que se le parezca. En realidad, las preguntas que se formula Drew -¿Quién soy? ¿Qué hago aquí? ¿Por qué hago lo que hago?- son tan universales que lo único que pretende Justin McConnell es dar su propia interpretación y después que cada uno saque, a su vez, sus propias conclusiones. Eso sí, el mensaje final destila mucha más esperanza que las imágenes con las que acaba The Collapsed, muchísimo más amarga que Lifechanger, pero igualmente recomendable.
© Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2018.
© 2018 Federgreen Entertainment, Unstable Ground Productions & 9 Light Entertainment
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HELSINKI DESDE DENTRO
Toda ciudad tiene dos vertientes; es decir, la que se ve a simple vista, y la que se conoce cuando se vive en ella. Este blog quiere contar lo que sucede en esta ciudad nórdica, tratando de no recorrer los lugares comunes tan del gusto de las guías turísticas. Y todo ello, en lengua castellana.
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