Bosnia recuerda la matanza de Srebrenica con Karadzic y Mladic presos
BELGRADO, 11 (EUROPA PRESS)
Los bosniacos musulmanes celebrarán este lunes el aniversario de la matanza de Srebrenica por primera vez desde el encarcelamiento de sus dos principales responsables, el antiguo presidente serbo-bosnio Radovan Karadzic y el antiguo comandante serbo-bosnio Ratko Mladic.
El homenaje se produce además una semana después de que un tribunal de La Haya declarara al Estado holandés “responsable” de la matanza. Las fuerzas de paz holandesas, que estaban al cargo de la defensa de la zona, no pudieron impedir la peor masacre registrada en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial.
Según la radiotelevisión independiente serbia B92, el acto se celebrará en Potocari (a seis kilómetros al noroeste de Srebrenica, en territorio de la República Srpska) y contará con la presencia de los presidentes bosniaco musulmán y croata de Bosnia y Herzegovina, Bakir Izetbegovic y Zeljko Komsic respectivamente, así como del alto representante internacional para Bosnia, el austríaco Valentin Inzko.
Durante la ceremonia se dará sepultura en el Memorial del Genocidio a los restos de 613 víctimas recientemente identificadas. Entre estos fallecidos --que fueron homenajeados ayer domingo en Sarajevo antes de su traslado a Srebrenica-- figura un niño de once años de edad.
El acto no contará con la presencia de ningún representante serbio ni serbo-bosnio. El presidente de Serbia, Boris Tadic, sí asistió el año pasado a los actos por el decimoquinto aniversario de la matanza, en los que pidió perdón en nombre de su país. Tadic no participará este año, pero su formación, el Partido Democrático, emitió ayer domingo un comunicado en el que pidió un castigo para los criminales.
En Serbia, el acto por Srebrenica será protagonizado únicamente por la organización no gubernamental Mujeres de Negro, que mañana martes leerá públicamente los nombres de todas las víctimas de aquella masacre. En la entidad serbo-bosnia de Doboj se han convocado manifestaciones en apoyo de Mladic, según la agencia estatal bosnia de noticias, FENA.
LA MATANZA
En 1992, cuando comenzó la guerra de Bosnia y Herzegovina, el 75 por ciento de la población de Srebrenica era bosniaca musulmana frente a un 25 por ciento de población serbia. En 1993, Srebrenica fue declarada, junto con Sarajevo, Zepa, Gorazde, Tuzla y Bihac, una de las seis “zonas de seguridad” decididas por el Consejo de Seguridad de la ONU en Bosnia y Herzegovina.
Entre los días 6 a 8 de julio de 1995, las fuerzas serbobosnias sitiaron el enclave, en el que se habían refugiado decenas de miles de civiles huidos de otras áreas arrasadas del noreste de Bosnia. Una fuerza de 600 soldados holandeses mal armados era la encargada de “protegerlos”. Apenas había combustible y los alimentos frescos no se renovaban desde mayo de 1995. El asedio resultó particularmente fácil.
Cuando empezaron los bombardeos serbios, los musulmanes pidieron a la ONU que les entregaran las armas confiscadas por los cuerpos de paz, pero la solicitud fue denegada. Los bombardeos atacaban los centros de refugiados y los puestos de observación de las tropas de la ONU, mientras el comandante holandés, teniente coronel Tom Karremans, pedía en vano apoyo aéreo a sus superiores en Sarajevo. Entretanto, miles de refugiados seguían llegando a la ciudad huyendo de la ofensiva serbia.
Ante tanta insistencia por parte de Karremans, el comandante general de la ONU, general Bernard Janvier, responsable militar en Sarajevo de las fuerzas de UNPROFOR, accedió a enviar ayuda, la cual sirvió para detener temporalmente el avance serbio. Contando con ese apoyo aéreo, Karremans decidió actuar y lanzar un ultimátum: los serbobosnios deberían retirarse antes de las seis de la mañana, o en caso contrario los aviones de la OTAN les atacarían.
Los serbios no se retiraron, pero el mando de la ONU en Sarajevo informó a Karremans de que su solicitud de apoyo aéreo había sido hecha de forma inadecuada. Janvier recibió otra petición con hora y media de retraso, y, por si fuera poco, los aviones enviados carecían de suficiente combustible y debieron desviarse a Italia para repostar. En ese momento, la base holandesa en Potocari albergaba a 20.000 refugiados, sobre todo mujeres, niños y enfermos.
A primeras horas de la tarde, el jefe militar de los serbios de Bosnia, general Ratko Mladic, acompañado de las cámaras de la televisión serbia, entró en Srebrenica. “Ha llegado el momento de vengarnos de los turcos”, fueron sus declaraciones. Una vez ocupada la ciudad, comenzó la tragedia.
Más de 20.000 mujeres y niños fueron deportados en las siguientes 30 horas, y los serbios comenzaron a separar a los hombres de entre 12 y 77 años de edad para “interrogarlos” sobre presuntos crímenes de guerra. Dos días después de la ocupación, comenzaron las matanzas en la vecina localidad de Kravica, mientras las fuerzas de paz internacionales entregaban a los serbios a nada menos que 5.000 bosniacos musulmanes que se habían refugiado en Potocari a cambio de 14 soldados holandeses tomados como rehenes.
El 16 de julio se empezaron a dar las cifras de la masacre. Muchos prisioneros prefirieron suicidarse. Otros murieron hacinados en un hangar mientras eran tiroteados. Un testigo vio cómo tres camiones repletos de musulmanes y una excavadora se internaban en el bosque: los camiones volvieron vacíos. Se calcula que tras la toma del enclave se ejecutó sumariamente a más de 8.000 varones musulmanes de todas las edades.
Un año después de la matanza, el 11 de julio de 1996, el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) dictó contra los jefes político y militar de los serbo-bosnios, Radovan Karadzic y Ratko Mladic respectivamente, acta pública de acusación formal por genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra cometidos en Srebrenica.
Radovan Karadzic fue detenido en julio de 2008 en Belgrado y Ratko Mladic fue capturado el 26 de mayo de este año en la región serbia de la Voivodina (norte). El TPIY ha “armonizado” los casos abiertos contra ambos, que se centrarán en la limpieza étnica, en los abusos contra civiles en Sarajevo y en el genocidio de Srebrenica.
LA IMPLICACIÓN HOLANDESA
El caso de Srebrenica es especialmente delicado en Países Bajos. En 2002, el Gobierno de Wim Kok dimitió en bloque por su “corresponsabilidad en la matanza”, tras la publicación de un informe del Instituto Holandés de Documentación sobre la Guerra (NIOD), que atenuaba la responsabilidad de los 'cascos azules' holandeses encargados de proteger el enclave, pero acusaba a los políticos de haber enviado a los soldados a una “misión imposible”.
El Gobierno holandés, que en los últimos años se ha enfrentado a numerosas denuncias relacionadas con la matanza, ha insistido en todo momento en que sus fuerzas fueron abandonadas por la misión de Naciones Unidas, que no le suministró ningún apoyo aéreo. El Tribunal Supremo holandés está estudiando una denuncia contra el Estado presentada por el grupo Madres de Srebrenica. Los demandantes podrían remitir el caso al Tribunal Europeo de Justicia e incluso denunciar a Naciones Unidas.
Entretanto, el pasado 5 de julio un tribunal de apelaciones de La Haya declaró “responsable” al Estado holandés de la muerte de tres bosniacos musulmanes a los que permitieron abandonar Srebrenica pese a saber que sus vidas corrían peligro. La decisión del tribunal puede sentar precedente para la presentación de nuevas denuncias por parte de los familiares de otras víctimas del genocidio de Srebrenica y, por tanto, para nuevas reclamaciones de compensación por daños y perjuicios.