El Consejo de Seguridad aborda de urgencia la independencia de Kosovo
El Consejo de Seguridad de la ONU inició este jueves, a petición de Serbia y de Rusia, una reunión para tratar con carácter urgente la posibilidad de que Kosovo declare unilateralmente su independencia en los próximos días.
A la reunión extraordinaria, que se celebra a puerta cerrada, asisten los quince miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, de los que cinco son permanentes y con derecho de veto (EEUU, Francia, Reino Unido, Rusia y China).
También asiste el ministro de Exteriores de Serbia, Vuk Jeremic, quien a través de una carta pidió el martes la convocatoria de la reunión del máximo órgano de decisiones de las Naciones Unidas.
Fuentes diplomáticas indicaron que un total de 45 países pidieron estar presentes también en ese debate.
Belgrado, con el respaldo de Moscú, solicitó el martes en una carta la reunión urgente del Consejo, ante “las actividades preparatorias finales” que llevan a cabo las autoridades kosovares para declarar su independencia y ante “la gravedad de la situación en la provincia serbia de Kosovo”.
Dentro del Consejo de Seguridad, las posiciones están divididas entre sus cinco miembros permanentes, pues mientras Estados Unidos, el Reino Unido y Francia apoyan la independencia de la provincia serbia, Rusia se opone.
Horas antes de esta reunión el Gobierno de Belgrado emitió un comunicado en el que denunciaba que cualquier declaración unilateral de independencia por parte de las autoridades de Kosovo en los próximos días sería “inválida y nula”.
Para Belgrado, que considera que esa situación supondrá una violación del derecho internacional, asegura que tiene garantizada su soberanía e integridad territorial por la Carta de la ONU y la Resolución 1.244 del Consejo de Seguridad.
Esa resolución, que data de 1999, recoge el plan de paz internacional para Kosovo y garantiza a Serbia su soberanía e integridad territorial.
Kosovo representa un 15% del territorio de Serbia y se encuentra bajo administración interina de la ONU desde el fin de la guerra de 1999, cuando la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) intervino para detener los ataques de las fuerzas de seguridad serbias contra la comunidad albanesa.
Paralelamente a la anulación de la futura secesión, el ejecutivo de Belgrado advirtió de que la misión policial y judicial que la Unión Europea (UE) pretende enviar a Kosovo para sustituir a la administración de la ONU no puede hacerse sin el visto bueno del Consejo de Seguridad.
Estados Unidos y la mayor parte de los países de la UE favorecen la independencia de Kosovo, en donde el 90% de sus dos millones de habitantes son de origen albanés.
Rusia, por su parte, que es un aliado tradicional de Serbia es contrario a la creación de un estado kosovar y lo considera como un “peligroso precedente” para los separatismos que hay en el mundo.
A ese respecto su presidente, Vladimir Putin, subrayó en Moscú que aceptar esa declaración unilateral de independencia es “inmoral e ilegal”.
El poder de veto de Rusia como miembro permanente del Consejo impidió el pasado julio que se adoptara una resolución que encaminaba la provincia serbia hacia la independencia.
En su lugar se iniciaron cuatro meses de contactos entre Belgrado y Pristina, que concluyeron en diciembre pasado sin acuerdo.
Desde entonces, Estados Unidos y varias capitales europeas han señalado su disposición a reconocer una declaración de independencia unilateral como la única vía posible de zanjar el futuro estatus de Kosovo.