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Egipto celebra este domingo la segunda vuelta de las presidenciales

EL CAIRO, 4 (EUROPA PRESS)

Egipto celebra este domingo la segunda vuelta de unas elecciones legislativas que han fulminado la ilusión de la democracia en la república árabe después de que la primera votación, calificadas como ampliamente irregulares por ONG locales e internacionales, arrojara la semana pasada un resultado tan escandaloso a favor del partido de Gobierno del presidente Hosni Mubarak que ha causado incluso vergüenza entre algunos altos responsables de esta formación política.

El objetivo de Mubarak era eliminar la presencia política en el Parlamento de los Hermanos Musulmanes, la organización islamista no violenta más importante del mundo, un partido proscrito que sólo puede comparecer en calidad de independiente. Y consiguió: en la primera vuelta, donde estaban en juego 225 de los 508 escaños del Parlamento el Partido Nacional Democrático (PND) del presidente obtuvo 217 escaños por ocho (8) del resto de formaciones --cinco opositores, tres independientes--.

La tasa de participación, según estimaciones internacionales, no rebasó el 10 por ciento en buena medida por la acción de las fuerzas de seguridad del estado egipcio, que impidió la entrada a los simpatizantes de la oposición en muchos colegios electorales.

Las repercusiones de la primera vuelta han sido abrumadoras: a las denuncias de ONG como Amnistía Internacional, Human Rights Watch o la Organización Egipcia de los Derechos Humanos se suma la crítica del Gobierno estadounidense, que indicó que los comicios se habían distinguido por “restringir las libertades más básicas”. A nivel doméstico, tanto los Hermanos Musulmanes como el otro principal partido de oposición, el Wafd, han retirado sus candidaturas y pedido el boicot de las elecciones tras perder todas sus opciones parlamentarias.

Este domingo se ponen en juego los 283 escaños restantes, por los que competirán 377 candidatos del PND contra 147 de otros partidos. Algunos analistas anticipan menos restricciones en esta segunda vuelta, un intento del partido de Mubarak para salvar la cara, pero incluso fuentes del propio partido descartan esa opción y describen un PND resuelto a llevar esta estrategia a sus últimas consecuencias, consciente de que, incluso en el peor de los casos la formación tiene prácticamente asegurado el control del 90 por ciento de la cámara.

“UN RÉGIMEN PARANOICO”

Los analistas achacan el inusual grado de represión a la debilidad interna del régimen de Mubarak, que se ha pasado de frenada a la hora de contener la presencia de la oposición mientras gestiona una difícil transición para que su hijo Gamal --que no cuenta ni con las simpatías del público ni de algunos “barones” del PND-- asuma el poder. “Esto es señal de un régimen paranoico y empeñado en controlar todos los aspectos de este cambio inminente”, asegura el analista del diario canadiense 'The Star', Haroon Siddiqui.

La escasa presencia de observadores independientes o de colegiados electorales de la oposición dificultan la capacidad de análisis de la magnitud del fraude. Se tiene constancia de que el régimen había prohibido la presencia de observadores internacionales y retransmisiones en directo del desarrollo de los comicios. Además, se tiene constancia de centenares de arrestos de partidarios de los Hermanos.

“El día de las votaciones, policías armados de paisano reprimieron a decenas de votantes. Varias cabinas de votación fueron cerradas y los representantes de las organizaciones locales de Derechos Humanos no podían ni acercarse. Los matones armados tenían acceso total para, presuntamente, manipular las urnas electorales”, indicó Siddiqui.

También se denuncian actos violentos contra los candidatos, como el ataque recibido por Mohamed el Beltagui, afín a los Hermanos Musulmanes. Su abogado, Salaheddin Issa, explicó a la web de la emisora pública estadounidense, la NPR, que agentes de seguridad le pegaron un puñetazo en la mandíbula cuando intentaba acceder a su colegio electoral.

Las elecciones egipcias van asociadas “al fraude y a la prominente presencia de las fuerzas de seguridad”, a juicio del experto del Centro Ahram para Estudios Políticos y Estratégicos, Emad Gad. Es consecuencia del pluralismo limitado que las autoridades egipcias llevan desde hace décadas imponiendo en el país y que, en un momento inestable como éste desemboca en “un nivel de represión mucho peor que el que se ha registrado en el pasado”.

El director de estudios del Centro Carnegie para Oriente Próximo, Amr Hamzawy, cree que este resultado “es contraproducente a los intereses del PND”, que considera que el proceso democrático en Egipto, manipulado durante largo tiempo para que el PND conservara su mayoría, ha fracasado en esta ocasión“, explicó en comentarios recogidos por el diario 'Al Ahram'.

INDIGNIDAD

El resultado de la primera vuelta ha causado incomodidad entre las filas del propio PND, algunos de cuyos miembros consideran que la aplastante victoria del partido de Mubarak es una figura “exagerada en cualquier contexto democrático adecuado”.

“Una victoria más ajustada hubiera sido más digna para la imagen del partido”, aseguró uno de sus oficiales al 'Al Ahram'. Esta fuente anónima, que trabaja a las órdenes de Gamal Mubarak en Comité de Políticas del partido, recordó que en 2005 se llevó a cabo una “reacción” ante lo que parecía el ascenso imparable de los Hermanos Musulmanes, pero en esta ocasión “no hacía falta llegar tan lejos”.

Porque la oposición política en Egipto, “una vez está todo dicho”, sigue siendo débil, mientras que el PND “tiene presencia en las bases y una enorme influencia política y económica”. La represión,, a su juicio, “daña la credibilidad de la imagen del partido en sus intentos por cimentar la llamada a la democracia”.

Es por ello por lo que está teniendo lugar “un serio debate” dentro de las filas del PND para discutir “cuál es la mejor aproximación” de cara a la segunda ronda. En cualquier caso, “que la oposición secular consiga menos escaños que los 88 que tenían los Hermanos Musulmanes en 2005 transmite a la opinión pública que la presencia de las formaciones críticas al Gobierno es insignificante, y esto hace daño al PND”, añadió.

Y, lo que es peor para el Gobierno, estas acciones consiguen que los Hermanos Musulmanes, “que disfrutan de presencia en el público lo queramos o no”, aumenta su respaldo entre la población egipcia. La fuente añadió sin embargo, que las voces discrepantes dentro del partido son pocas y que “la maquinaria electoral del partido parece dirigirse a la segunda vuelta con los mismos planes que la primera”.

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