El Ejército egipcio niega un uso desproporcionado de la fuerza durante las protestas
MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que controla Egipto desde la caída del régimen de Hosni Mubarak el pasado mes de febrero, ha negado este lunes que las fuerzas de seguridad hayan hecho un uso desproporcionado de la fuerza durante las protestas y los disturbios que se han venido sucediendo desde el viernes en el centro de El Cairo.
Además, la sede del Parlamento egipcio ha sido evacuada esta tarde después de que las autoridades informaran de que se habían recibido amenazas de que se le iba a prender fuego, según informa el diario 'Al Ahram' en su edición electrónica.
El viceministro de Defensa y miembro del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, general Adel Emara, había interrumpido una rueda de prensa este lunes para leer un informe de Inteligencia que indicaba que asaltantes desconocidos planeaban incendiar la Asamblea Nacional. Poco después, los empleados evacuaron el edificio y soldados y policías han sido desplegados en las calles aledañas.
En esa misma rueda de prensa, el militar ha asegurado que las fuerzas de seguridad no hicieron un uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes, al tiempo que ha acusado a otras fuerzas que no ha identificado de tratar de sembrar el “caos” en el país.
“Las Fuerzas Armadas no hacen un uso de la violencia de forma sistemática”, ha defendido, citado por el diario 'Al Masry al Youm', subrayando que muestran “un nivel de contención que otros envidian”. “No lo hacemos por debilidad sino por preocupación por los intereses nacionales”, ha afirmado.
Según el general, los disturbios del viernes comenzaron cuando los manifestantes acampados delante del Gobierno agredieron a un oficial militar. Los efectivos que mantenían la seguridad del edificio acudieron en su defensa pero fueron objeto de “provocaciones y humillaciones deliberadas” por parte de los manifestantes.
Esta versión contrasta con la ofrecida ese día por distintos testigos que aseguraban que las fuerzas de seguridad habían agredido a un manifestante y habían tratado de dispersar el campamento de protesta, instalado desde el pasado 25 de noviembre para manifestar su rechazo al nombramiento del nuevo primer ministro, Kamal el Ghanzouri. Según Emara, las fuerzas de seguridad no tenían ninguna intención de dispersar a los manifestantes.
El responsable militar ha denunciado la existencia de “un plan sistemático para arruinar a Egipto” y para “evitar una transición pacífica a un sistema democrático”. En este sentido, ha tachado a los manifestantes antigubernamentales de “saboteadores”.
En cuanto a las imágenes de agresiones por parte de soldados a manifestantes, incluida la paliza recibida por una joven activista a la que tres soldados arrastraron y medio desnudaron, Emara ha reconocido que este “incidente ocurrió y pronto será investigado”. “Pero debemos conocer todas las circunstancias antes de que pueda ser valorado”, ha defendido.
El viceministro, que no ha hecho ninguna mención a los trece muertos que habría ya, ha informado de que ha habido “80 detenidos, pero después de que interviniera un activista decente, 60 han sido liberados y otros 20 siguen detenidos”. “Tenemos nuestras razones para creer que estos estuvieron implicados en instigar los disturbios”, ha aclarado.
Por otra parte, ha asegurado que “no habrá restricciones ala prensa” pero ha reclamado a “todos los periodistas que verifiquen su información antes de difundirla”.
CRÍTICAS DE LOS HERMANOS MUSULMANES
Entretanto, el Partido Libertad y Justicia (PLJ), creado por los Hermanos Musulmanes, ha presentado junto a sus diputados electos una “denuncia ante el fiscal general acusando a jefes de la Policía Militar y la Seguridad Central de asesinar a manifestantes”, según ha informado a través de Twitter.
Asimismo, los diputados del PLJ que han sido elegidos en las elecciones parlamentarias en curso han decidido mantener una sentada frente al tribunal superior “hasta que los culpables de los enfrentamientos sean llevados ante la justicia”.
El partido se pronuncia así en referencia a los enfrentamientos que desde el viernes pasado se han venido sucediendo entre manifestantes y fuerzas de seguridad primero delante de la sede del Gobierno y luego en la plaza Tahrir, que se evacuó por la fuerza, en los que han muerto al menos trece personas en los últimos tres días.
Por su parte, la Alianza Democrática, coalición de partidos de la que forma parte del PLJ, ha reclamado al Consejo Supremo del Ejército, que controla el país desde la caída del régimen de Hosni Mubarak, que “entregue tanto el poder ejecutivo como el legislativo al Parlamento electo no más allá de febrero de 2012”.
A través de la cuenta de Twitter del PLJ, la coalición ha reclamado que “los responsables militares y de seguridad acusados de agredir a ciudadanos desarmados deben ser juzgados por un comité independiente”.