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Israel amenaza con una guerra abierta en Líbano

Un hombre ondea una bandera de Hizbulá durante uno de los funerales por los fallecidos tras las explosiones de los dispositivos de comunicación

Javier Biosca Azcoiti

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Tras matar a 37 personas y dejar casi 3.000 heridos en una compleja operación de inteligencia contra la milicia Hizbulá, Israel anunció el inicio de una “nueva fase” en la guerra en el frente norte, frontera con Líbano, cuyo objetivo declarado es permitir el regreso a sus casas de los israelíes que viven cerca de la frontera.

Además del despliegue de un mayor número de tropas en la región, horas después, el jueves por la noche, Israel bombardeó el sur de Líbano durante dos horas atacando objetivos de Hizbulá, entre ellos 100 lanzadores de cohetes y otras infraestructuras, según un comunicado del Ejército.

Este viernes, las fuerzas armadas israelíes han continuado la escalada con un nuevo ataque en Beirut, la capital, en el que han muerto 37 personas, entre ellas uno de los líderes militares de la organización, Ibrahim Aqil, jefe de operaciones del grupo. El ataque ha dejado al menos 68 heridos y 23 desaparecidos.

EEUU había prometido en 2023 una recompensa de 7 millones de dólares por información que llevase al arresto de Aqil, a quien considera uno de los responsables del ataque de Hizbulá de 1983 contra la embajada de EEUU en Beirut y contra los cuarteles del ejército de EEUU en la capital.

La milicia también ha confirmado este sábado la muerte de otros tres comandantes de las fuerzas especiales: Ahmed Wahbi, quien supervisaba las operaciones militares durante la guerra de Gaza, Abu Yaser Atar y Al Hajj Nineveh. Según el Ejército israelí, al menos 16 miembros de Hizbulá murieron junto a Aqil.

El jefe del Estado Mayor de la Defensa, Herzi Halevi, se ha reunido este viernes con el comandante del mando norte del Ejército, pero tras el bombardeo en Beirut, las fuerzas armadas han asegurado que “por el momento, no hay cambios en las directrices defensivas”, aunque es evidente que Israel ha dado un paso adelante en su confrontación con Hizbulá.

Medios israelíes han publicado que el comandante del mando norte, Ori Gordin, está presionando para iniciar una operación terrestre y crear una zona de seguridad en el sur de Líbano bajo control israelí. Tras las explosiones de los buscas del miércoles, Gordon visitó a sus tropas cerca de la frontera y dijo: “La misión es clara. Estamos resueltos a cambiar la realidad de seguridad lo antes posible”. “El compromiso de los mandos y sus fuerzas es total y la preparación para cualquier misión que se requiera ha alcanzado un punto álgido”, declaró.

“En la nueva fase de la guerra hay grandes oportunidades, pero también importantes riesgos”, afirmó el jueves el ministro de Defensa, Yoav Gallant. “Hemos realizado una serie de discusiones importantes y, como resultado, las operaciones militares en la frontera norte continuarán”, añadió.

“La secuencia de operaciones en la nueva fase continuará hasta que alcancemos nuestro objetivo: la vuelta segura a sus casas de los residentes del norte”, ha afirmado Gallant este viernes.

El foco de atención ha cambiado y el frente norte se ha convertido en el principal tema de conversación de la guerra. Dos conocidos exgenerales considerados en Israel de centroizquierda defienden la incursión terrestre para expulsar a Hizbulá de zonas desde las que puedan atacar Israel con cohetes. “Cuando dos respetados generales de centroizquierda, Yair Golan e Israel Ziv, hablan de la necesidad de una operación terrestre, tienes la sensación que es solo cuestión de tiempo”, decía en Twitter Aaron David Miller, exnegociador estadounidense en el conflicto.

La respuesta de Hizbulá

Mientras tanto, Hizbulá ha lanzado este viernes alrededor de 200 cohetes contra el norte de Israel en varias oleadas y sin causar heridos. El jueves, el secretario general de Hizbulá, Hasan Nasrallah, calificó de “declaración de guerra” la operación que hizo explotar miles de dispositivos de comunicación de la milicia libanesa, pero la estrategia del grupo no ha cambiado y continúa lanzando ataques como respuesta a la ofensiva israelí en Gaza, pero intentando evitar una guerra abierta con Israel.

“La decisión de Irán y Hizbulá de ceñirse a la ”ecuación de la respuesta“ [ataque por ataque evitando un enfrentamiento total] deja a Israel la decisión de si empieza una guerra abierta y cuándo”, sostiene el analista Zvi Bar'el en el diario Haaretz. “Y en vista del comportamiento de Hizbulá, Israel también tendrá que abordar las cuestiones de legitimidad interna e internacional de dicha guerra mientras Hizbulá no dé razones para comenzarla”.

El portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, ha dicho este viernes que cree que la guerra todavía “no es inevitable”. “Hay tiempo y espacio para una solución diplomática. La guerra no es inevitable y vamos a seguir haciendo todo lo que podamos para intentar prevernirla”. Kirby ha dicho que Israel no había informado de antemano a Washington sobre el ataque en Beirut.

Daniel Levy, exnegociador israelí durante los mandatos de Ehud Barak e Isaac Rabin en varios procesos de paz y actual presidente del think tank US/Middle East Project, decía hace unas semanas a elDiario.es que la “apuesta estadounidense” no ha sido intentar lograr un alto el fuego en Gaza, sino intentar contener a Irán y Hizbulá y evitar así un conflicto regional.

“La parte israelí de Netanyahu sigue desempeñando el papel de potencia más impredecible y escaladora, pero probablemente no desea el tipo de escalada masiva que tendría graves ramificaciones en su frente interno y que es más probable que generara un gran impulso para un alto el fuego completo, chocando así con la preferencia de Netanyahu por una guerra abierta”, afirmaba Levy.

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