Haidar espera la primera visita oficial
La activista Saharaui Aminatu Haidar, pese a estar ya muy debilitada por la huelga de hambre, ha pasado la noche sin complicaciones en el aeropuerto de Lanzarote a la espera de la primera visita oficial, que se producirá este domingo por parte de un representante de la Administración española.
Así lo ha informado a Efe el portavoz de la plataforma de apoyo a su causa Fernando Peraita, quien ha dicho que la visita supone un cambio en la postura mantenida por el Ejecutivo español.
La delegación del Ministerio de Asuntos Exteriores analizará con Haidar las opciones propuestas este sábado por Miguel Ángel Moratinos para resolver su situación, entre ellas el acceso a la nacionalidad española.
En las dos semanas que lleva en el aeropuerto no la ha ido a ver ningún representante de la Administración española, lo cual ha sido interpretado como una falta de respecto hacia la activista y defensora de los derechos humanos, tanto por parte de Haidar como de quienes la apoyan, ha subrayado Peraita.
El enviado del Ministerio, el director del Gabinete del Ministerio de Asuntos Exteriores, Agustín Santos, trasladará oficialmente las propuestas formuladas por Moratinos, como así lo solicitó ayer la activista, que tiene como único objetivo regresar a El Aaiún, ha recordado Peraita.
Haidar, que pasa la noche en un local que el aeropuerto le ha cedido en el aparcamiento de autobuses, se trasladará como todos los días al interior de la terminal, donde pasa las jornadas desde hace dos semanas, aunque cada vez le cuesta más, han señalado a Efe fuentes de la plataforma.
La activista saharaui Aminatu Haidar llegó a Lanzarote el pasado sábado, día 14, después de que fuera expulsada por Marruecos y obligada a volar desde El Aaiún, tras serle requisado el día anterior su pasaporte al negarse a poner en la ficha de control policial que su nacionalidad es marroquí.
Haidar viajó a El Aaiún el día 13, acompañada por dos periodistas españoles, de regreso de Nueva York, donde recibió el “Premio Coraje Civil 2009” de la Fundación Train, que se une a otras distinciones como el Premio de Derechos Humanos Robert Kennedy que obtuvo el año pasado en una ceremonia en el Senado estadounidense.