Karzai pedirá mayores poderes sobre la ayuda económica
KABUL, 19 (Reuters/EP)
El presidente afgano, Hamid Karzai, tratará de conseguir en la conferencia internacional que se celebra este martes en Kabul un mayor control de los alrededor de 13.000 millones de euros de ayuda internacional que recibe Afganistán, a cambio de la promesa de que su Gobierno asumirá una mayor responsabilidad en materia de seguridad y utilizará estos fondos para promover programas que fomenten el desarrollo económico, con el fin de contener a la insurgencia.
De la cita también podría salir un calendario aproximado para la retirada de los alrededor de 150.000 soldados que integran la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF). Según adelantó el viernes pasado el diario británico 'The Independent', los planes son que las fuerzas extranjeras estén fuera de Afganistán para finales de 2014.
El rotativo tuvo acceso a un borrador de declaración de esta conferencia en el que se señala que “la comunidad internacional expresa su apoyo al objetivo del presidente de Afganistán de que las Fuerzas de Seguridad Nacional de Afganistán (ANSF) deberían encabezar y realizar operaciones militares en todas las provincias para finales de 2014”.
A cambio de ello, según proxigue el texto, la comunidad internacional se compromete a que seguirá “prestando el apoyo necesario para aumentar la seguridad en este tiempo y el apoyo continuado en entrenamiento, material y prestando financiación temporal a las ANSF a todos los niveles para que asuman la labor de la seguridad de su país”.
“El Gobierno de Afganistán y la comunidad internacional acordaron evaluar conjuntamente las provincias, con el fin de anunciar a finales de 2010 que el proceso de transición está en marcha”, agrega el documento publicado por 'The Independent'.
La conferencia coincide también con los esfuerzos de reconciliación nacional lanzados por Karzai, que busca disuadir a los milicianos talibán para que depongan las armas a cambio de su reinserción social y de dinero. Se espera que Karzai busque también apoyo internacional, si bien la secretaria de Estado, Hillary Clinton, ya ha adelantado que no todos los talibán pueden ser incluidos en este plan y que algunos siguen siendo 'personae non gratae'.
“Aconsejaremos firmemente a nuestros amigos en Afganistán que traten con aquellos que están comprometidos con un futuro pacífico”, señaló Clinton, que mañana asistirá a la cita en Kabul, desde Pakistán, donde se encuentra de visita. No obstante, reconoció que en ocasiones estos intentos de paz funcionan. “Sólo prevenimos, hay que abordarlo de forma muy realista”, insistió.
SEGURIDAD
Las autoridades afganas han reforzado las medidas de seguridad en la capital para la conferencia, la mayor en tres décadas que acoge Afganistán y a la que está previsto que asistan representantes de 60 países y organizaciones internacionales, entre ellos el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon.
Las calles de la capital estaban desiertas este lunes e incluso los diplomáticos extranjeros han tenido problemas para poder pasar por los múltiples puestos de control que se han instalado. El mes pasado los talibán habían atentado contra la 'jirga' de la paz organizada por Karzai, lo que llevó a la renuncia del ministro del Interior y del jefe de la Inteligencia.
Esta intensificación de las medidas de seguridad, ya de por sí fuertes en la capital, ha generado el malestar entre los ciudadanos de a pie. “Pase lo que pase mañana, no va a ayudarnos”, afirma Raz Mohammad, que se vio obligado a acudir a pie a una cita después de que no le dejaran avanzar con su vehículo. “Es entre el Gobierno y los extranjeros, nosotros no estamos implicados”, afirmó.
Precisamente, un estudio publicado la semana pasada por el Consejo Internacional sobre Seguridad y Desarrollo (ICOS) reveló que el 68% de los afganos no cree que las fuerzas de la OTAN estén en su país para protegerles y el 74% considera que es un error trabajar con ellas. Asimismo, el 65% de los consultados cree que los talibán deberían unirse al Gobierno afgano.
Además, el 70% de los hombres entrevistados en las provincias de Helmand y Kandahar creen que las operaciones militares en sus zonas son malas para la población y el 55% que la OTAN está en Afganistán sólo para su propio beneficio, para destruir u ocupar el país, o para destruir el Islam.
En esta misma línea, según el estudio, el 75% dicen creer que los extranjeros no respetan su religión y tradiciones y el 68% creen que las fuerzas de la OTAN no protegen a la población local. Asimismo, el 70% consideraron que las últimas acciones militares en sus zonas fueron erróneas y el 59% expresaron su rechazo a la ofensiva que está preparando la Alianza en Kandahar.