Raúl anuncia cambios pero con Fidel de guía y la vieja guardia aún presente
El nuevo presidente de Cuba, Raúl Castro, anunció este lunes cambios estructurales en el país, pero al mismo tiempo el Parlamento ratificó a la vieja guardia del régimen castrista y dejó claro que Fidel Castro seguirá siendo el referente.
En su discurso de asunción ante la Asamblea Nacional, Castro, de 76 años, anunció que su prioridad será satisfacer las necesidades básicas de la población y anunció que el Gobierno está ya examinando “la progresiva, gradual y prudente revaluación del peso cubano”.
También anunció una reestructuración de la Administración, con una reducción de los organismos del Estado y una mejor distribución de funciones, así como una batalla contra “gratuidades” y subsidios que son “irracionales e insostenibles”.
“En resumen, tenemos que hacer más eficiente la gestión de nuestro Gobierno”, indicó el sucesor del líder de la revolución, Fidel Castro, quien el martes pasado anunció que renunciaba a seguir siendo presidente y comandante en jefe por razones de salud.
Otro de los objetivos de Raúl Castro, que encabezaba la lista única de candidatos a integrar el Consejo de Estado los próximos cinco años presentada a la Asamblea Nacional, es mejorar la calidad de vida de los cubanos.
“El país tendrá como prioridad satisfacer las necesidades básicas de la población, tanto materiales como espirituales, partiendo del fortalecimiento sostenido de la economía nacional y de su base productiva, sin lo cual, repito una vez más, sería imposible el desarrollo”, advirtió.
“Constituye hoy un objetivo estratégico avanzar de manera coherente, sólida y bien pensada hasta lograr que el salario recupere su papel y el nivel de vida de cada cual esté en relación directa con los ingresos que recibe”, agregó.
Respecto a un cambio en la política monetaria del país, que hoy tiene dos monedas, una convertible en divisas y otra que se usa para pagar a los cubanos y vale 24 veces menos que la primera, el hermano menor de Fidel Castro advirtió que debe hacerse con “un enfoque integral” para evitar “efectos traumáticos e incongruencias”.
Este mensaje aperturista en lo económico de Raúl Castro no tuvo parangón en el terreno político, y además contrastó con la ratificación por la Asamblea Nacional de toda la vieja guardia del régimen y por la confirmación de que Fidel Castro, de 81 años, seguirá siendo el guía de los destinos de Cuba.
A la sombra de Fidel
En sus primeras palabras, Raúl Castro afirmó que el comandante en jefe de la revolución sigue siendo Fidel, al que calificó como “insustituible”, y que sólo el Partido Comunista es digno heredero suyo, como “fuerza dirigente superior”.
El nuevo presidente pidió incluso autorización al Parlamento para seguir consultando al líder de la revolución y la obtuvo de inmediato y en medio de aplausos.
En la nueva cúpula cubana prácticamente solo ha cambiado Fidel Castro, quien ha estado casi 50 años en el poder, los últimos 19 meses en su lecho de convaleciente y con sus funciones delegadas en Raúl y sus hombres de confianza.
José Ramón Machado Ventura, médico de 77 años, es el nuevo primer vicepresidente del Consejo de Estado.
Como vicepresidentes están Carlos Lage, Juan Almeida, Esteban Lazo, Abelardo Colomé Ibarra y Julio Casas Regueiro, todos ya dirigentes conocidos del régimen, y como secretario José Miyar Barruecos.
Fueron reelegidos también Ricardo Alarcón y Jaime Crombet, como presidente y vicepresidente del Parlamento.
Será secretaria de la Asamblea Miriam Brito, diputada desde hace dos legislaturas y que ha tenido diferentes cargos parlamentarios en los últimos siete años.
Raúl Castro, único general de grado máximo Cuba, afirmó que la Asamblea acordó considerar la composición del Gobierno “en una futura sesión en el transcurso del presente año”, no para hacer nombramientos sino para realizar cambios que resultan necesarios.
Cuando el pasado martes anunció que no quería ser reelegido presidente, Fidel Castro no reveló si seguirá como primer secretario del Partido Comunista, único legal en la isla.
Dirigentes de la disidencia interna explicaron a Efe que por ello tienen dudas y reservas sobre si efectivamente deja el poder.
Asistieron a la sesión de la Asamblea 597 de los 614 diputados elegidos el pasado 20 de enero, casi todos militantes o simpatizantes del Partido Comunista.