Rumanía, “inquieta” por que la expulsión de gitanos en Francia
PARÍS, 18 (EUROPA PRESS)
El ministro de Asuntos Exteriores rumano, Teodor Baconschi, ha expresado su “inquietud” por “los riesgos de patinazo populista y de generar ciertas reacciones xenófobas” a raíz de la decisión de Francia de expulsar a Rumanía a personas de etnia gitana cuyos campamentos ilegales ha desmantelado.
“Debemos mantener nuestra lucidez y ver qué podemos hacer juntos para que en Francia, en Rumanía y a nivel europeo encontremos colegios, hospitales, pero también una mentalidad abierta y no xenófoba ante los representantes de esta población gitana”, declaró en una entrevista a la emisora en Rumanía de Radio France Internationale.
“Si intercambiamos acusaciones o criminalizamos a título colectivo a grupos étnicos, estaremos resucitando algunos de los recuerdos menos agradables. Y en lugar de encontrar soluciones, estaremos generando tensiones”, advirtió Baconschi.
El ministro del Interior francés, Brice Hortefeux, anunció este martes que el jueves saldrá un vuelo que llevará a Bucarest a 79 gitanos que se encontraban en situación irregular en Francia y que han aceptado regresar voluntariamente a sus países de origen con una ayuda de 300 euros para cada adulto y 100 euros para cada menor de edad.
Ésta es la primera expulsión que lleva a cabo el Gobierno galo desde que, a finales del pasado julio, Hortefeux anunciara una serie de polémicas medidas contra la comunidad gitana. El ministro del Interior dijo que este verano se han desmantelado 51 campamentos ilegales y que el objetivo es expulsar a 500 gitanos de aquí a finales de este mes de agosto.
El mes pasado, prometió la expulsión “casi inmediata” a Rumanía o Bulgaria de los gitanos que atenten contra bienes o cometan fraude en Francia. En 2009, las autoridades francesas echaron del país a más de 10.000 gitanos.
“PROCEDIMIENTOS HABITUALES”
El ministro de Inmigración, Eric Besson, trató el martes de minimizar la controversia: “Estamos en el marco de procedimientos habituales de expulsión de residentes extranjeros en situación irregular a su país de origen”.
“No hay nada de excepcional”, subrayó, y añadió que “Francia no la tiene tomada con los gitanos. En este sentido, aclaró en una entrevista concedida a la emisora RTL que el Gobierno no ha puesto en marcha un proceso colectivo y que las expulsiones se están llevando a cabo a título individual, en función de la situación de cada persona.
Baconschi dijo que espera que “se respete la legalidad en cada una de estas expulsiones”, mientras que varias organizaciones defensoras de los Derechos Humanos en Bulgaria, donde se estima que hay unos 800.000 gitanos, han criticado las medidas del Gobierno francés.
La sección búlgara del Comité de Helsinki para los Derechos Humanos ha expresado su “inquietud” por la posibilidad de que París haya puesto en el punto de mira a un grupo étnico concreto como es el gitano. Por su parte, el periódico opositor 'Sega' ha censurado la política de “deportación” de gitanos y ha recalcado que ni Sofía ni Bucarest pueden impedir que estas personas circulen por Europa, a no ser que “vuelva el comunismo y la exigencia de visados de salida”.
ENFOQUE FRANCO-RUMANO
El ministro de Exteriores rumano apostó por un enfoque concertado entre Francia y Rumanía a la hora de abordar este problema, sin “fiebre electoralista artificial” ni amenazas sobre la entrada de su país en el espacio Schengen como la que ha hecho el secretario de Estado francés para Asuntos Europeos, Pierre Lellouche.
“El señor Lellouche se ha implicado personalmente en el asunto de los gitanos. En general, hay un enfoque que se limita a su circunscripción, en el octavo distrito de París, pero él es la voz europea de Francia y estoy convencido de que tendrá el tacto de abordar este problema común con la calma necesaria, sin crear con ello una ocasión para ensombrecer las excelentes relaciones franco-rumanas”, manifestó.
A su juicio, “es un problema que no se resolverá en 48 horas ni con medidas policiales”. Está previsto que el próximo 30 de agosto viajen a París dos secretarios de Estado rumanos para discutir sobre la integración de los gitanos --que en Rumanía son entre 530.000 y 2,5 millones-- y la manera de evitar que incumplan las leyes francesas. En septiembre, Besson y Lellouche visitarán Bucarest.