Serbia alerta que detrás del Kosovo vendrán otros separatismos
El ministro de Exteriores serbio, Vuk Jeremic, sostuvo este miércoles en el Parlamento Europeo que la secesión de Kosovo no es un caso “sui generis”, sino que ofrece un precedente para otros “separatistas étnicos o religiosos”.
Jeremic recalcó que Serbia aún confía en una solución negociada con los kosovares y que combatirá con todos los medios “políticos y diplomáticos” contra su independencia, si bien subrayó que Belgrado no respalda los recientes episodios violentos en el territorio.
El ministro visitó hoy el Consejo de Europa y compareció ante la Comisión de Exteriores del Parlamento Europeo, donde dejó un mensaje similar al que llevó ayer, martes, a la sede de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Viena.
“Estoy avergonzado como europeo. Como alguien que sabe en su corazón que lo que la han hecho a Serbia no es sólo una violación fundamental de la legislación internacional, sino de los valores en que se basa la construcción europea”, dijo.
En su opinión, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y el resto de Estados de la UE que han avalado la independencia unilateral de Kosovo, han sentado un “precedente peligroso con consecuencias muy problemáticas para la estabilidad en Europa y el mundo entero”.
En contra de lo acordado por los gobiernos de la UE, que el lunes calificaron a Kosovo de “caso único”, el ministro defendió que la secesión de la provincia “legitima la imposición de soluciones a conflictos étnicos, la secesión unilateral de una provincia, transforma el derecho de autodeterminación en un derecho de independencia, avala la partición forzada de Estados soberanos”.
“Se ha brindado una caja de herramientas a todos los separatistas étnicos o religiosos”, concluyó.
La mayor responsabilidad de la situación corresponde a EEUU, que al avalar de antemano la independencia kosovar vació de sentido las negociaciones entre Belgrado y Prístina, según argumentó el ministro, que insistió particularmente en comparar la situación en Kosovo con las aspiraciones independentistas del kurdistán iraquí.
Recalcó que Serbia tomará “todas las medidas diplomáticas y políticas” para defender su postura, pero que no respalda ni respaldará “ningún tipo de violencia” -en alusión a los recientes ataques a los nuevos puestos fronterizos kosovares.
Por otra parte, dio por seguro que la reacción de las potencias europeas en esta crisis afectará, no sólo a sus relaciones bilaterales, sino al proceso de integración de Serbia en la Unión Europea.
En posteriores declaraciones a la prensa, se refirió al caso de Eslovenia, antiguo miembro de la Federación Yugoslava y presidente de turno de la UE, que está estudiando reconocer a Kosovo.
Auguró que el previsible reconocimiento por parte de Eslovenia tendrá consecuencias no sólo diplomáticas sino también “en el sector económico”, si bien precisó que Serbia respetará la legislación en su trato con cualquier empresa extranjera en su territorio.
También aseguró que Serbia seguirá persiguiendo al ex general Ratko Mladic, criminal de guerra reclamado por el Tribunal de La Haya.
La comparecencia de Jeremic precedió a un debate en el pleno del Parlamento Europeo sobre la cuestión kosovar.
Como estaba previsto, los portavoces de los principales grupos políticos -Partido Popular Europeo, Socialista, Los Verdes, Europa de las Naciones o Liberal- argumentaron que la independencia de Kosoco era “inevitable” tras el fracaso de las negociaciones para pactar el futuro del territorio.
Sólo el de Izquierda Unitaria Europea apuntó que lo acaecido cuestiona la “credibilidad futura del derecho internacional”.
En las intervenciones individuales, varios parlamentarios cuyos países no han reconocido la independencia unilateral, entre ellos dos españoles, también se manifestaron en contra.
“Cuando uno se salta a la torera la legislación internacional, no resulta gratis”, advirtió el diputado del PP José Ignacio Salafranca.
“Se ha efectuado una violación del derecho internacional, de los compromisos de los países europeos y de las resoluciones de las Naciones Unidas. Las consecuencias serán caras para todos nosotros”, advirtió por su parte el socialista Manuel Medina.