Los talibán niegan su implicación en el atentado suicida en una boda en el sur de Afganistán
KANDAHAR (AFGANISTÁN), 10 (Reuters/EP)
Los talibán niegan su responsabilidad en el atentado suicida perpetrado anoche durante la celebración de una boda en la provincia de Kandahar, en el sur de Afganistán, en el que han muerto al menos 40 personas y 77 han resultado heridas, y condenan “este brutal acto”, según declaró este jueves este grupo.
El portavoz Qari Yusuf Ahmadi declaró a Reuters, desde un lugar que no dio a conocer, que condena “este acto brutal” y añadió que los talibán han emprendido “la 'yihad' (la guerra santa) para liberar al pueblo de los ocupantes”. “¿Cómo podemos matarles?”, se preguntó. Los talibán ha reivindicado anteriores ataques de la insurgencia pero se han retractado cuando los ataques han provocado víctimas civiles.
Ahmadi culpó del atentado a la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), la misión de la OTAN en Afganistán, cuyos ataques aéreos han matado a cientos de civiles.
Pero una portavoz de la ISAF aseguró que la fuerza de la OTAN no está involucrada en este ataque y que sus efectivos han colaborado con las fuerzas de seguridad locales en las operaciones posteriores al atentado. “Es una cuestión afgana”, añadió la portavoz.
Por su parte, el presidente afgano, Hamid Karzai, que propuso ante la Asamblea Nacional de Paz la semana pasada un plan para que los insurgentes abandonen las armas, ha calificado el ataque contra la boda como un “atentado terrorista”.
“Este ataque (...) es obra de esas personas crueles que actúan en contra de los valores islámicos y divinos”, subrayó Karzai en un comunicado.
El Gobernador de Kandahar, Tooryalai Wisa, señaló, citando informaciones procedentes del hospitales, que han sido utilizados como metralla cojinetes de bolas, un distintivo de los ataques suicidas.
El Ministerio del Interior afgano ha asegurado en un comunicado que entre los muertos hay niños.
Los testigos del atentado describen las escenas caos de la boda, una celebración con alrededor de unos 400 invitados, incluidos mujeres y niños, procedentes de poblaciones cercanas. “Algunas personas estaban esperando la comida, otras estaban bailando bajo una carpa, cuando escuché una explosión ensordecedora”, explicó un superviviente herido, Aminulá.
“El polvo subió hacia el cielo y vi cadáveres por todas partes. Las mujeres y los niños gritaban. Pensé que era fin del mundo”, añadió.