Helmut Kiesewetter: arte próximo a la meditación
Su proceso creativo es muy laborioso y está cercano a la meditación. El polifacético artista alemán Helmut Kiesewetter (Turingia, 1947), que pasa largas temporadas en La Palma, expone estos días en la Oficina de Turismo de El Paso parte de su colección pictórica. Su incursión en la pintura surge a partir de la gráfica y está relacionada con su experiencia del invierno. A los 10 años contempla el retrato de Durero y comienza a pintar a conciencia.
Largas estancias en el hospital después de graves accidentes y una temprana politización durante el movimiento estudiantil, caracterizan la adolescencia y la juventud de Kiesewetter. Cuando fue reclamado para realizar el servicio militar en su país, se negó al uso de las armas y fue declarado objetor de conciencia. Estudió Filosofía, Historia del Arte y Arqueología en Colonia y se dedicó a la docencia.
En los inicios de los años noventa comenzó también una larga cooperación con el teatro, y durante diez años realiza experimentos estéticos en los que explora la frontera entre la política, la sociedad y el arte.
Una preocupación constante en la obra de Helmut Kiesewetter es usar la plasticidad de las cosas para hacer frente a la corporalidad del espectador y para activar todos los sentidos.
La elección de los materiales es siempre muy consciente y está vinculada con el lugar. En el caso de La Palma, ha demostrado un especial interés por la cochinilla, el pigmento natural que se producía antiguamente en la Isla. También incluye en sus obras esencias aromáticas, papel, madera o tipp-ex.
El proceso creativo pictórico de este artista alemán es muy laborioso. En algunas ocasiones invierte cientos de horas en pintar un cuadro con la intención de producir tensiones y complejidad.