La integrante de Pussy Riot denuncia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos

La única integrante del grupo punk ruso Pussy Riot que ha sido excarcelada, Yekaterina Samutsevich, ha denunciado su caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por considerar que se ha violado su libertad de expresión y que su detención fue ilegal, según ha informado este viernes su abogada, Irina Jrunova.

Samutsevich, de 30 años, fue una de las tres miembros de Pussy Riot que fueron condenadas a dos años de prisión el pasado mes de agosto por haber representado, en febrero, una 'Oración Punk' contra el presidente Vladimir Putin en la catedral ortodoxa de Cristo Salvador de Moscú.

Un tribunal de apelaciones la excarceló el pasado 10 de octubre tras pasar seis meses en prisión después de que su abogada consiguiera demostrar que ella no había participado físicamente en la protesta debido a que los policías la retuvieron y expulsaron antes de que comenzara.

En declaraciones a Reuters, Jrunova informó este viernes a Reuters de que Samutsevich había presentado una denuncia ante el Tribunal de Estrasburgo con el argumento de que se habían violado sus derechos durante los seis meses que permaneció entre rejas.

“Se violaron sus derechos en las ocasiones en que se le privó de alimentos o no se le permitió dormir”, manifestó. “Fue retenida en una sala pequeña sin alimentos durante horas”, denunció.

“Milagro de Dios”

En una reciente entrevista, Samutsevich declaró a Reuters que Pussy Riot había “logrado más de un objetivo”, especialmente por haber fomentado el debate público sobre las estrechas relaciones entre el Estado --teóricamente laico-- y la Iglesia Ortodoxa, cuyo líder espiritual ha llegado a calificar a Putin de “milagro de Dios”.

También explicó que el juicio había sido una terrible experiencia y que los guardias de la prisión las despertaban cada día, a ella y a sus dos compañeras, a las cinco de la mañana, apenas cuatro horas después de regresar a la prisión procedentes del tribunal. “Fue un estrés continuo sentirse constantemente vigilada y esposada”, añadió.

Las otras dos integrantes de la banda, Maria Alyokhina, de 24 años, y Nadezhda Tolokonnikova, de 22, permanecen en prisión después de que el mismo tribunal de apelaciones confirmara sus sentencias. Putin declaró posteriormente que habían recibido lo que merecían.

Las tres jóvenes fueron condenadas por “gamberrismo motivado por el odio religioso” en relación con su acto de protesta en el altar de la catedral, en el que rezaron a la Virgen María por “la expulsión de Putin”. La Iglesia Ortodoxa las acusó de blasfemia. La condena fue duramente criticada, tanto dentro como fuera del país.

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