En clave de Sol
Bueno, pensé que era yo solo el que me estaba encogiendo por efecto de los años y la desazón que me produce el mundo en el que vivo, pero no, y no es que me sirva de consuelo, pero me dicen, charlas de bar y no de Harvard, que el Sol, ese dios en el que todos creemos o se está encogiendo o es más chiquito de lo que nos contaban los señores científicos que comienzan a parecerse a los políticos que hoy nos cuentan una cosa y al día siguiente la contraria, y que conste que siempre he creído en ellos, en los científicos no en los políticos, cuyas verdades tienden a ser relativas y de sus mentiras no hablaré sino delante de mi abogado. Siempre creí en la ciencia que tiene la incontestable evidencia de las matemáticas, pero perdonen que ahora comience una era de franca desconfianza, pues si se equivocan en algo tan fundamental como el tamaño de nuestro Sol, nuestra estrella, cómo voy a creerlos cuando me hablan con tanta seguridad de galaxias, agujeros negros, años luz, etc. En fin, y en lo que a mi concierne, queda inaugurada la era de la desconfianza, aunque sigo sin tomarme demasiado en serio cualquier cosa que yo diga y el Sol será más pequeño, pero quema como nunca.
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