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El noray de mi amiga

Noray en el muelle pesquero del Porís de Abona (Arico).

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Es de sobra conocido

pese a su nombre chocante,

común para el navegante

que sabe su cometido.

Para el marino curtido

es de lo más familiar:

el poste para amarrar

las maromas de su barco

cuando toca el desembarco

al regresar de pescar. 

Jócamo, 30.X.2023 

NOTA: El saludo mañanero de una amiga desde su “noray” personal me desconcertó. No acerté a descifrar el significado de ese término que no recordaba haberlo escuchado. Raudo me fui al diccionario de la RAE y descubro que son los “bolardos” o postes de hierro existentes en los muelles para atar los cabos o maromas de los barcos.

Sentí alivio relativo, porque no era fácil desvelar su significado en el contexto que ella lo escribió. Invitaba a pensar en hábitat u hogar.

¿De verdad Paloma -así se llama mi amiga- habrá mutado a gaviota, me pregunté?

Me respondió que no; que sueña con el mar pero sigue siendo ave de tierra... a la que se siente atada como los barcos a los noráis o norayes, que las dos formas son correctas en plural.

De nuevo me dije: el saber no ocupa lugar, pero sí tiempo ánimo para aprender. El vocabulario o jerga marinera ocupa mucho espacio en la memoria.

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