La Unión Europea ha abierto en Mauritania, con la colaboración de una agencia española de cooperación, dos cárceles para migrantes. Desde el 17 de octubre, el país africano cuenta con dos establecimientos nuevos construidos por la agencia de cooperación española FIAP (Fundación para la Internacionalización de las Administraciones Públicas), dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores. Una investigación elaborada por la Fundación porCausa y El Salto diario ha sacado a la luz que estos espacios, cuyo nombre oficial son Centros de Acogida Temporal de Extranjeros (CATE), son realmente “centros de detención” de migrantes en los que incluso podrán pernoctar menores de edad y bebés lactantes.
Uno de estos centros está en la capital de Mauritania, Nouakchott, y tiene 107 plazas. El segundo está en la ciudad de Nouadhibou y tiene capacidad para al menos 76 personas. La investigación, publicada este miércoles, recoge que la apertura de estas cárceles requirió un desembolso total de al menos 1.080.625 euros de fondos europeos. Desde la FIAP subrayan que se trata de un proyecto europeo del que son agencia implementadora como agencia de cooperación delegada de la UE.
Por su parte, las obras y suministros para poner en marcha los edificios corrieron a cargo del Gobierno de España y del Fondo Fiduciario de Emergencia de la Unión Europea, en el marco del proyecto policial POC (Asociación Operativa Conjunta), liderado por la FIAP.
Entre los contratos hay adjudicaciones de hasta 436.817,56 euros para la rehabilitación de los centros y de 44.646,75 euros para el suministro de equipos informáticos destinados a la gestión de estos dos espacios en el marco de un proyecto para “apoyar la lucha contra el tráfico de migrantes y la gestión de la migración irregular en Mauritania”.
En este punto, desde la FIAP subrayan que los contratos han sido adjudicados conforme a la legalidad vigente, bajo la disposición adicional primera de la Ley de Contratos del Sector Público (LCSP) para contratación en el extranjero. ''Ha existido concurrencia en los mismos y se han adjudicado de acuerdo a criterios técnicos y económicos'', añaden.
En su página web oficial, la FIAP reconoce que estos centros están inspirados en los CATE de Canarias y que incluso autoridades mauritanas se han desplazado a Gran Canaria y El Hierro para conocer “de primera mano” el modelo. Según publicaron las autoridades españolas, los migrantes podrán estar en estos centros un máximo de 72 horas y “se les entrevistará para determinar si son víctimas de trata, menores no acompañados, personas vulnerables o solicitantes de protección internacional”.
Sin embargo, los centros de Mauritania y los que están en España se diferencian en que en los primeros podrán entrar niños e incluso bebés. En el caso de los campamentos de Canarias, la privación de libertad de los menores está prohibida, aunque en algunos casos también han pasado menores por sus carpas. Entre el mobiliario adquirido para equipar estos espacios, según la documentación consultada por este periódico, hay cuatro cunas para bebés, dos para cada centro.
Sobre esto, desde la FIAP aclaran que el objetivo de haber equipado estos centros con cunas es no separar a familias durante las 72 horas de permanencia, no retener a menores. ''Los menores no acompañados no llegarán a estos centros, sino que serán derivados antes a las instituciones adecuadas'', especfician.
Mauritania se ha convertido en los últimos años, según la investigación, en una de las prioridades financieras de la FIAP con motivo del aumento de salidas de cayucos hacia Canarias. En esta línea, la publicación de porCausa y El Salto diario recoge que el régimen mauritano hace redadas y detiene de forma arbitraria a personas negras.
Los migrantes arrestados son conducidos a cárceles en ''condiciones infrahumanas, sin alimentos, agua ni acceso a cuartos de baño''. En esta línea, la FIAP no detalló a los investigadores si ha puesto en marcha algún mecanismo de prevención para que las autoridades mauritanas no maltraten ni torturen a los prisioneros de estos nuevos centros.