ETA asesina al inspector antiterrorista Eduardo Puelles con una bomba-lapa
La organización terrorista ETA asesinó este viernes en la localidad vizcaína de Arrigorriaga al inspector de la Brigada de Información del Cuerpo Nacional de la Policía, Eduardo Antonio Puelles García, con una bomba-lampa colocado en los bajos de su vehículo.
Se trata del primer atentado mortal que la banda armada ha cometido desde que el lehendakari, Patxi López, accediera a la Lehendakaritza. La organización terrorista no mataba desde hace más de medio año, en concreto, desde el 3 diciembre de 2008 cuando asesinó en la localidad guipuzcoana de Azpeitia al industrial de una empresa constructora del TAV, Inaxio Uria.
Puelles García se convierte, de esta forma, en la primera víctima de ETA este año. Natural de Barakaldo, casado y con dos hijos, tenía 49 años y había ingresado en el Cuerpo Nacional de Policía en 1982. En 2002, cuando ya llevaba varios años implicado directamente en la lucha antiterrorista, ascendió a inspector. En la actualidad era jefe del Grupo de Vigilancias Especiales de la Brigada Provincial de Información.
El agente se disponía a ir a trabajar y, con este fin, cogió a las nueve y cinco su vehículo, un Citröen C4 que tenía estacionado en un parking exterior en el barrio Santa Isabel, zona en la que reside desde hace muchos años.
Iba a trabajar
En el momento en el que procedía a arrancar su coche, explotó la bomba-lapa que los activistas de ETA habían adherido a su turismo. El artefacto estaba compuesta por entre kilo y medio y dos kilos de explosivo, según las primeras estimaciones, y estaba colocado junto al depósito de combustible del coche del agente.
Su deflagración provocó un incendio que envolvió en llamas el vehículo y otros cuatro más aparcados en el lugar. El policía nacional profirió “gritos”, sin que nadie pudiera auxiliarle y salvar su vida. Testigos presenciales aseguraron que no pudieron “hacer absolutamente nada”. “Lo único que hemos oído son chillidos y chillidos”, aseguraron.
Instantes después de la explosión, su propia mujer alertaba de la posibilidad de que la víctima fuera su marido la víctima del atentado. Ante la constatación de los hechos, la viuda y dos hijos, tuvieron que ser evacuados al hospital de Basurto para ser atendidos de un cuadro de ansiedad. Todos ellos evolucionan favorablemente y se espera que en los próximas horas puedan ser dados de alta.
Hasta el hospital de Basurto se acercaron el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; el lehendakari, Patxi López; el consejero de Interior, Rodolfo Ares; el presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu; el presidente del presidente del PP del País Vasco, Antonio Basagoiti; la presidenta del Parlamento vasco, Arantza Quiroga; y el delegado del Gobierno central en Euskadi, Mikel Cabieces. Entre las víctimas del terrorismo que se han acercado figuraban la viuda y la hija del ex concejal del PSE, Isaías Carrasco.
El cuerpo sin vida del policía nacional fue trasladado al instituto anatómico forense de la Audiencia Provincial de Bizkaia. Una vez practicada la autopsia, la capilla ardiente con sus restos mortales se instalará esta tarde en la subdelegación del Gobierno en Bizkaia. El funeral se oficiará este sábado a la una de la tarde en la iglesia de San José en Bilbao.
Una docena de atentados de la organización terrorista ETA cometidos en Vizcaya desde el final de la última tregua, en junio de 2007, continúan sin ser resueltos, a pesar de la desarticulación el verano pasado de la estructura asentada en esa provincia y que dirigía Arkaitz Goikoetxea, informaron a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista.
Atentados sin resolver en Vizcaya
El inspector de Policía Eduardo Puelles es la primera víctima mortal de la banda terrorista en Vizcaya desde el fin del alto el fuego, pero la banda ya ha intentado matar en ese territorio en este periodo. El pasado 16 de diciembre, otro policía nacional podía haber corrido la misma suerte en Bilbao que su compañero fallecido este viernes al colocar ETA otra bomba-lapa bajo su vehículo que no llegó a explotar.
Por otra parte, el escolta Gabriel Ginés salvó la vida por poco al explotar la bomba-lapa que ETA había adosó a su vehículo el 9 de octubre de 2007. Asimismo, los terroristas podrían haber cometido una matanza de ertzainas el 21 de septiembre de 2008 cuando colocaron junto a la comisaría de Ondarroa un coche con explosivos. Antes, intentaron atraer a los agentes hasta el vehículo bajándose de él y lanzando un cóctel-molotov contra el coche, pero la prudencia de los agentes evitó la masacre.
El día elegido por la banda armada para asesinar al inspector de Policía coincide, 22 años después, con el aniversario del atentado de Hipercor, cuando ETA colocó una bomba en un centro comercial de Barcelona, que causó la muerte de 21 personas e hirió a 45.
La Policía sospecha que un grupo de 'legales' que logró escapar a la macro-redada de la Guardia Civil el verano pasado y que cuenta con una abundante información recabada por ellos mismos sobre el terreno podría estar detrás del atentado de esta mañana y el de otros que necesitaban de vigilancias de vehículos y personas, como los otros dos cometidos con bomba-lapa contra el escolta y el polícía nacional que salvaron la vida. Ese grupo se habría mantenido en el tiempo a pesar de que distintos etarras fichados podrían haber entrado en contacto con él en distintos momentos.