Luis de Guindos: encarrilar la salida de la crisis
El nuevo ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, tendrá que hacer frente al desafío que supone la posibilidad de que la economía española vuelva a entrar en recesión, resolver la crisis de deuda y culminar la reestructuración del sistema financiero.
Esta serán tres de las principales tareas de De Guindos, el encargado de asumir la cartera económica, que será también la persona que representará a España en las reuniones del Ecofin y que negociará con los socios europeos las medidas para frenar la crisis de deuda en Europa.
En las próximas reuniones, el mayor reto del Ecofin es reforzar los fondos de rescate, tanto el temporal como el permanente, porque los mercados siguen dudando de que sean suficientes en caso de que Italia y España necesiten ayuda, por ejemplo para recapitalizar los bancos, como sugirió Rajoy en campaña.
Además, el ministro español tendrá que seguir luchando por una actuación más decidida del BCE a la hora de comprar deuda en el mercado secundario, incluidos bonos españoles, algo a lo que el BCE se resiste apelando a su independencia y que cuenta con el rechazo de Alemania.
Dentro de las fronteras españolas, De Guindos se enfrentará a una tasa de PIB negativa en la última parte de 2011 y a la posibilidad de que se extienda al primer trimestre de 2012, lo que supondría una nueva entrada en recesión tras siete trimestres de crecimiento.
Además, se fijará como principal prioridad reducir la tasa de paro que, según los cálculos del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya supera el 23% del PIB, y tendrá que vigilar las próximas emisiones del Tesoro.
Por otro lado, Rajoy encomendará a De Guindos la tarea de culminar la reestructuración del sistema financiero con el saneamiento de los balances a través de la venta de los inmuebles terminados en manos de las entidades financieras y ha prometido que intentará que no haya dinero público en este proceso.
Para sanear los balances de la banca, Rajoy dijo que será necesario asumir pérdidas latentes u ocultas en los balances y será inevitable una segunda ola de reestructuraciones, con más fusiones y más necesidades de capital.
En este contexto, De Guindos tendrá que despejar la incógnita de si el nuevo Gobierno creará finalmente un 'banco malo' que aglutine los activos tóxicos del sistema financiero español, aunque durante el Debate Rajoy dijo que no es su intención.
La reestructuración, en el primer semestre
El nuevo presidente espera que el ministro impulse la culminación del proceso de reestructuración en los primeros seis meses del año, como requisito imprescindible para que vuelva a fluir el crédito a empresas y hogares y, con ello, fomentar la recuperación del crecimiento y del empleo en España.
Además, Rajoy prevé cambios en el modelo de regulación de las entidades tenedoras de las acciones (cajas y fundaciones procedentes de las cajas) para garantizar su independencia y profesionalidad