Rato culpa al Gobierno y al Banco de España

El exvicepresidente del Gobierno y expresidente de Bankia Rodrigo Rato ha revelado en su declaración como imputado en la Audiencia Nacional que unos días antes de su dimisión el Ministerio de Economía le pidió que realizara un nuevo plan de saneamiento sobre la entidad al considerar que el anterior plan de capitalización, que tenía el aval del Banco de España, no era viable, informaron fuentes jurídicas a Europa Press.

Rato, que ha comparecido durante casi tres horas como imputado en la causa en la que se investiga la fusión y salida a Bolsa de Bankia, ha atribuido al Banco de España la fusión de las siete cajas de ahorros que formaron Bankia y ha mantenido que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero forzó la salida a Bolsa de la entidad y el de Mariano Rajoy provocó la reformulación de las cuentas al aprobar en febrero de 2012 el decreto sobre el saneamiento de los activos inmobiliarios en el sector financiero.

En otro punto de su intervención ha cuestionado la actuación de la auditora Deloitte y ha asegurado que su máximo responsable, Francisco Celma, le prometió el día 3 ó 4 de mayo que las cuentas estarían listas “al día siguiente” aunque tuvieran que estar “toda la noche trabajando”.

A este respecto, ha señalado que las salvedades planteadas por Deloitte nunca se refirieron al grupo sino a la situación del BFA en relación con la valoración de su acción en Bankia, los créditos fiscales y la valoración de su cartera promotora inmobiliaria.

El último plan antes de la dimisión

Rato, que no ha citado textualmente al ministro de Economía, Luis de Guindos, ha explicado que el nuevo plan, que se llamó “de desinversión, saneamiento y mejora”, se elaboró para un escenario de estrés máximo, con una disminución del Producto Interior Bruto (PIB) del 3,8 por ciento y sin recuperación del empleo hasta el año 2013.

Fue presentado al Banco de España y al Ministerio de Economía el 4 de mayo, tres días antes de su dimisión, e incluyó mayores provisiones para contemplar posibles pérdidas a futuro. “Lo llamamos así porque ya se nos acababan los nombres”, ha explicado.

El expresidente de Bankia ha explicado que el objetivo de este nuevo proyecto, que contemplaba 9.500 millones de provisiones adicionales al plan de abril, en el que también participó la auditora Deloitte, era generar la confianza de los inversores. El plan también contemplaba reducir de 19 a cinco los miembros del Consejo de Administración.

Sin embargo, según ha explicado el compareciente, el plan no obtuvo el visto bueno del Ministerio de Economía, lo que él entendió como “una desautorización” que le llevó a presentar su dimisión el 7 de mayo.

Preguntado por las “negociaciones” que, según la exconsejera de Bankia Araceli Mora, Rato estaba manteniendo en esos días y que justificaron que Deloitte no avalara las primeras cuentas de la entidad, ha asegurado no saber a qué se refería y ha añadido en todo caso que esos contactos se habrían producido “después su cese”.

Las cuentas de Marzo, “imagen fiel” de la entidad

En este sentido, ha defendido que las cuentas de marzo, que presentaban unos beneficios de 309 millones de euros, eran “la imagen fiel” de la entidad y que las reformuladas, que arrojaban unas pérdidas de 2.979 millones de euros, no representan su balance real.

Según sus cálculos, para recapitalizar el grupo eran necesarios 4.665 millones de euros frente a los casi 25.000 que precisa el presentado por el actual presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri.

Relación con Jaime Castellanos

En otro punto de la declaración el juez instructor, Fernando Andreu, ha preguntado a Rato por sus relaciones con el presidente del banco de inversión Lazard en España, Jaime Castellanos, que se encargó de la valoración de las acciones cuando se produjo la salida a Bolsa.

El expresidente de Bankia ha indicado que la elección corrió a cargo del director financiero y el Comité de Medios de Bankia, que él no intervino y que, a pesar de todo, entiende que no se produjo “ningún conflicto de intereses” en esta operación. “Nos conocemos pero nunca he tenido ningún negocio con él”, ha dicho.

En relación con la fijación de la acción en la salida a Bolsa, que se cifró en 3,75 euros, ha explicado que primero buscaron inversores aunque les pedían un descuento del 80 por ciento en el valor del título. También ha explicado que la entidad tuvo que salir a Bolsa porque el Gobierno exigía un 8 por ciento de capital principal en la entidad y para llegar a ese porcentaje necesitaba salir al mercado y obtener 1.700 millones de euros.

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