Mi vida ha estado ligada al séptimo arte prácticamente desde el principio. Algunos de mis mejores recuerdos tienen que ver, o están relacionados, con una película o con un cine, al igual que mi conocimiento de muchas ciudades se debe a la búsqueda de una determinada sala cinematográfica. Me gusta el cine sin distinción de género, nacionalidad, idioma o formato y NO creo en tautologías, ni verdades absolutas, que, lo único que hacen, es parcelar un arte en beneficio de unos pocos. El resto es cuestión de cada uno, cuando se apagan las luces.
RABBIA FURIOSA. Night Visions Maximum Halloween 3019 (Del 21-25, noviembre 2018)
Sin embargo, Rabbia Furiosa es, sin necesidad de esforzarse mucho, una cruda, descarnada y truculenta radiografía de la realidad de un país, Italia, el cual lleva décadas, por no decir siglos, viviendo en una perpetua y agobiante escala de grises, algo de lo que nuestro país también hace gala, sobre todo tras estallar la última de las crisis económicas globales. Sus personajes, todos, sin excepción, se mueven entre los excrementos que la desigual civilización actual expulsa sobre quienes sobreviven en los estadios inferiores de nuestra sociedad, esa legión de seres humanos que poco o nada pueden hacer para cambiar su vida. Ni siquiera aquéllos que parecen controlar la situación pueden esconder los macabros hilos de los titiriteros que los manejan, embelesados, éstos, en su afán de arruinarle la vida al prójimo.
Claudio Renzi (Virgilio Olivari) es uno de esos infelices, frustrado y resentido, que descarga toda su frustración en los demás, causando dolor, miedo e indefensión mientras, con sus actos, otros parásitos mayores que él medran a costa de la sangre de quienes se ven abocados a una vida llena de miseria y desazón. Una de esas personas es Fabio De Nardis (Riccardo De Filippis), un delincuente de poca monta, apocado e incapaz de aceptar cuál es su papel en esta tragedia. Éste, tras salir de la cárcel una vez cumplida la condena por un crimen que no cometió, sólo quiere tratar de ser el padre, el esposo y el cuidador de perros que desea ser, sin mayores complicaciones. En teoría, Claudio debería estarle agradecido, dado que los meses que pasó Fabio en la cárcel los debía haber pasado él. Sin embargo, la frustración del púgil de tercera categoría que es, en realidad, Claudio le llevará a forzar una y otra vez las situaciones frente a un Fabio que empieza a perder la paciencia y el autocontrol del que ha hecho gala hasta ese mismo momento.
No nos engañemos, engendros como Claudio los hay a millares, sin importar el país, la clase social o el escenario y, si no es él, habrá otro que se “divierta” llevando al límite a personas como Fabio.
Riccardo De Filippis (Fabio De Nardis) y Virgilio Olivari (Claudio Renzi) antes del desenlace final de la película Rabbia furiosa: Er Canaro © 2018 Apocalypsis.
Sergio Stivaletti (SST) Claudio es sólo un personaje más, extremo, pero un personaje más. Él piensa que tiene el control, por lo menos, una parte del control, pero es tan víctima como Fabio, aunque sea menos consciente que el segundo.
Film Kino (FK) En realidad su película es una tragedia, con tintes de película gore, pero una tragedia, al fin y al cabo.
SST: Parte de lo que se cuenta en la película está basado en el diario que escribió Pietro De Negri, tras cometer el asesinato. No todo lo que cuenta es cierto, tal y como los forenses dijeron después de la autopsia del cadáver de Giancarlo Ricci, pero, como guía para rodar una película, es ideal. Y sí, la película es una tragedia, llena de perdedores y muertos de hambre que son capaces de hacer cualquier cosa con tal de sobrevivir.
FK: He leído varios periódicos de la época, publicados en aquellos mismos años y después, cuando Pietro De Negri salió de la cárcel y en todos comentan el impacto que el crimen tuvo en la sociedad italiana de la época.
SST: Es cierto, el crimen de “Er Canaro” tuvo una enorme repercusión mediática, sobre todo después de que se conocieron más detalles del crimen y por las mismas declaraciones del asesino confeso.
FK: Una vez más, la realidad ofreció un “monstruo” mayor que cualquiera de los que pudiera crear la imaginación humana, aunque, personalmente, no creo que Pietro De Negri sea un monstruo per se.
SST: Yo, tampoco. Para mí, Pietro De Negri y su personaje cinematográfico, Fabio De Nardis, son la misma cara de una misma víctima. Personas acosadas y dominadas por sus inseguridades y por quienes se aprovechan de la situación para lograr un beneficio. Después está el tema de su adicción a las drogas, algo que decidí no incluir en la película para tratar de dejar claro que las personas tienen un límite, sin necesidad de que haya drogas de por medio.
FK: Sí, desgraciadamente, personas en la misma situación que ellos las hay a millares, por no decir, a millones en mi país.
SST: El personaje que interpreta Riccardo (De Filippis) quiere hacer las cosas bien, con su familia, con sus amigos, en su trabajo… No obstante, siempre está Claudio para recordarle que la vida que él busca le está vetada y cuanto antes lo acepte, mejor. Ni siquiera su mujer y su hija escapan a los abusos del matón de Claudio.
Riccardo De Filippis (Fabio De Nardis) en un momento del rodaje de la película Rabbia furiosa: Er Canaro © 2018 Apocalypsis.
FK: Son personajes atrapados en una inmensa franja de color gris, incluyendo los dos policías, el inspector Lo Russo (Rosario Petix) y el comisario Ferri (Gianni Franco), aunque el segundo entienda cómo funcionan las cosas, algo que no sucede con el primero.
SST: Ferri es el único que trata de ayudar a Fabio y que éste se reincorpore en la sociedad tras salir de la cárcel. Para Lo Russo, un delincuente será siempre un delincuente y esa rigidez le llevará a comportase como lo hace. Lo que hace Ferri al final de la película, nunca lo haría Lo Russo, por mucho que sea lo justo y casi diría que lo correcto.
FK: En una tragedia como Rabbia Furiosa, alguien tiene que tratar de buscar una redención, aunque sea con una familia que no es la suya…
SST: Exacto. Con su gesto, Ferri ayuda a la familia de Fabio y, en cierto modo, se ayuda a sí mismo.
Gianni Franco (comisario Ferri) en la película Rabbia furiosa: Er Canaro © 2018 Apocalypsis.
FK: Por cierto, me reí mucho cuando vi, en el tablero de los “sospechosos habituales”, las fotos de Darío Argento y Tom Savini
SST: Tú lo has dicho, ambos son “sospechosos habituales” (risas)
FK: Antes de ver Rabbia Furiosa, revisé Ópera y M.D.C. - Maschera di cera, su primera película y, tras hacerlo, me di cuenta de que, en estos últimos años, algo se ha perdido en el cine de terror…
SST: Ahora todo es demasiado real, todo tiene que ser lógico, concordar con la realidad. Atrás quedó la ensoñación, los escenarios de pesadilla creados por Darío (Argento) en sus películas. Es lo que le ocurre a la nueva versión de Suspiria (Luca Guadagnino). No sólo no tiene nada que ver con la versión anterior, sino que, en el camino, se ha perdido toda la pesadilla que envolvía la película original. Formalmente es perfecta, pero le falta algo…
FK: Si el terror es irracional, una película de terror no debería tratar de ser racional…
SST: Por eso nos gusta ver películas de terror, por la capacidad que tiene para sorprendernos. Si le quitas eso te queda, como ya te dije, una película muy formal, muy correcta, pero nada más.
FK: Rabbia Furiosa es tan impactante, precisamente, por eso; es decir, porque es extrema y, en un momento, irracional…
SST: El crimen original lo fue. Irracional, sangriento y sádico.
FK: ¿Aguantar todo el desenlace hasta los minutos finales es algo que se planificó desde el principio, al igual que lo hacían los “Spaghetti ”Western“ o películas tan emblemáticas como Perros de paja (Straw Dogs, 1971)?
SST: Me gustan mucho las películas de Sergio Leone y la forma en la que se estructuraban los “Spaghetti Western”. Uno sabe que algo va a pasar, pero debe esperar hasta los instantes finales para saber qué y esa forma de narrar siempre me ha gustado. Sin embargo, en la historia original, las cosas sucedieron de una forma bastante parecida y lo único que hice fue tratar de ser lo más fiel al suceso, aunque luego me tomara ciertas licencias en algunas cosas.
FK: Licencias que no esconden la realidad de lo que cuenta y cómo todos estamos expuestos, más en un mundo tan desequilibrado y desigual como el actual, a comportarnos como Er Canaro.
SST: Ése el mayor miedo que puede transmitir la película. Por mucho que pensemos lo contrario, los seres humanos no somos inmunes a lo que sucede a nuestro alrededor y cuando uno lee el diario de Pietro De Negri se da cuenta de lo delgada que es la línea entre la cordura y la locura…
FK: Ése debería haber sido el subtítulo para este festival, dado que, de algún modo u otro, buena parte de las películas que he visto -y los directores con lo que he hablado- inciden en ese mismo tema.
SST: Vivimos en un mundo de gente “loca” (risas)
FK: Sí, eso es muy cierto (risas) Muchas gracias por su tiempo y por todas las películas en las que ha trabajado y que forman parte de mis recuerdos como espectador y como fan confeso del cine de género.
SST: Gracias a ti, por entender mi trabajo y por disfrutar con él, antes y ahora
FK: De nada, ha sido un enorme placer y espero que lo siga siendo en los próximos años
SST: Yo también lo espero, porque hacer una película es algo muy complicado (risas)
FK: Lo sé. Y muy caro (risas)
© Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2018.
Rabbia furiosa: Er Canaro © 2018 Apocalypsis
Sobre este blog
Mi vida ha estado ligada al séptimo arte prácticamente desde el principio. Algunos de mis mejores recuerdos tienen que ver, o están relacionados, con una película o con un cine, al igual que mi conocimiento de muchas ciudades se debe a la búsqueda de una determinada sala cinematográfica. Me gusta el cine sin distinción de género, nacionalidad, idioma o formato y NO creo en tautologías, ni verdades absolutas, que, lo único que hacen, es parcelar un arte en beneficio de unos pocos. El resto es cuestión de cada uno, cuando se apagan las luces.
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